¿Que qué hago con las críticas? ¿Dirías que me las debo pasar por el ojo del puente si vienen tirando a dar?
En realidad, debería formular la pregunta en singular porque así, fea, solo he recibido una. No quiere decir que yo sea intachable e incriticable ni que no las merezca. Quiere decir que si he sido objeto de críticas arañosas, no he sabido de ellas.
Afrontar las críticas es uno más de los frentes que debe cuidar quien apuesta por construirse una marca personal. Clic para tuitearPuede que la persona se haya cortado. O puede que vaya tan jodida de tiempo como yo y no le haya merecido la pena emplearse en ponerme verde.
Hasta ahora.
Una crítica, una coartada para mí
Pues mira, hago esto: te planto «la crítica». Conste que lo hago porque me parece un ejercicio de lo más saludable, así que vengo decidida a ver desde dónde dispara.
Te daré contexto: la persona que me escribe se refiere a este artículo.
Me escribió al blog, pero responderle por esa vía me habría dejado insatisfecha y no habría dicho todo lo que me brota. La sección de comentarios del blog no es lugar para esto.
Aquí, su crítica, que reproduzco literalmente:
Me parece que lo que estás haciendo aquí es enseñar a escribir con TU ESTILO.
Algunas de las descripciones «simplonas» que pones de ejemplo me parecen mucho más bonitas que tus descripciones «literarias».
Yo creo que tus «simplonas» se entienden mejor y se captan más rápido.
Soy mucho más honestas, directas…
Y tus «literarias» son pretenciosas y esnobistas.Con razón hay tantos libros difíciles de entender. Y la gente se aleja y se aburre de la literatura y prefiere otros artes como la música y el cine.
El esnobismo, el peor enemigo de la literatura.
En el arte no hay reglas, lo que hay es ESTILO.
Y el tuyo no me gusta mucho por cierto.
Qué hago con esta crítica en primer lugar
Sencillo: la leo un par de veces. Me quedo perpleja por la forma en que se dirige a mí, que me resulta desagradable (esa mayúscula… ¿me está riñendo?). Pero no quiero permanecer mucho tiempo ahí y paso a la siguiente fase.
Lo que esa persona piense de los ejemplos que ofrezco en el artículo es cosa de esa persona. Lo que me importa es si encuentro yo algo que reparar.
Vaya por delante que lo que es bueno para mí no tiene por qué ser bueno para todos. De igual modo, lo que es bueno para ella tampoco tiene por qué serlo para mí ni para otros como yo.
Al lío, por partes:
- Me parece que lo que estás haciendo aquí es enseñar a escribir con TU ESTILO.
Ese artículo al que se refiere no es un programa. Solo contiene algunos ejemplos; propios, por supuesto. Son construcciones que a mí me parecen más poderosas que la mera enumeración o descripción desnuda. ¿Significa que la mera descripción desnuda no pueda ser poderosa? En absoluto. Depende del contexto, del conjunto.
De hecho, mis clientes saben que tiendo a recomendar concisión, sencillez; les pido que se dejen de barroquismos y de formas empachosas de decir.
Pero también es verdad que solo con mezclar harina y agua no sale pan. Tampoco con echar marisco y arroz sale paella.
Qué hago con esta crítica en segundo lugar
La siguiente frase dice esto:
- Algunas de las descripciones «simplonas» que pones de ejemplo me parecen mucho más bonitas que tus descripciones «literarias».
Para gustos, ¿verdad? Además, nadie dice que las descripciones «simplonas» (como la persona las llama) no puedan ser poderosas.
Lo único que pretendo ahí es comunicar que una descripción puede añadir más información… si se trabaja.
Qué hago con las críticas y con esta en tercer lugar
Sigue diciendo:
- Yo creo que tus «simplonas» se entienden mejor y se captan más rápido. Soy mucho más honestas, directas… Y tus «literarias» son pretenciosas y esnobistas.
Habla de lo que es inteligible, honesto (¿?) y directo para ella. Y llama pretencioso y esnobista a lo que no entiende o no le gusta. Comete un deliz (dice ‘soy’ en lugar de ‘son’) que pasaré por alto.
No justificaré lo que para mí está claro. Solo me pregunto si esta persona se habrá tropezado alguna vez con eso tan raro que llamamos retórica literaria.
- Con razón hay tantos libros difíciles de entender. Y la gente se aleja y se aburre de la literatura y prefiere otros artes como la música y el cine.
Va a ser por eso que el público es tan heterogéneo y que por eso mismo hay gente pa to. Y hay libros difíciles de entender, sobre todo, para quienes están poco entrenados en abstracciones y en leer mucho y bueno. Sobre todo, literatura. (¿Tengo que explicar que novelas hay muchas y que no todo lo que se publica es literatura? ¿Y que a muchas novelas les habría valido más pasar directamente a las salas de cine?).
¿Tendré que explicar también que los ejemplos no forman parte de ningún contexto, sino que están puestos al azar?
Dejo sin replicar la siguiente frase que menciona el esnobismo. Se ve que llama así a todo aquello que no coincide con su «estilo». Y hablando de frases: no sé por qué me viene a la cabeza esa que dice: «Cuando el sabio señala a la luna, el necio se queda mirando el dedo».
Y ahora ya, qué hago con las críticas y con esta en cuarto lugar
Esta (casi) última frase sí que me llegó al alma y me tocó en uno de sus rinconcitos más sensibles:
- En el arte no hay reglas, lo que hay es ESTILO.
Pues mire usted: no estoy de acuerdo en absoluto. Hay ejemplos sobrados de «cosas» que pretenden ser arte y que no son sino mierda, alguna de ellas, en sentido literal. Quizá recuerde la que va enlatada (Mierda de artista) de Piero Manzoni.

Y si no la recuerda, aquí la tiene.
O a la escultura invisible de Salvatore Garau, cuyo «estilo» nos deja perplejos a más de uno. Y no pongo foto por razones obvias, pero ahí está el Google Imágenes para curiosear de qué va.
¿Y qué hay de los gritos de Yoko Ono en el MoMa? Quien quiera deleitarse no tiene más que acudir a YouTube. ¿Es eso arte y es estilo? No sé si esta persona pagaría por ello, si se pondrá la representación a menudo o si lamenta no poder hacerlo.
Hay cosas que pretenden pasar por artísticas y solo son auténticas tomaduras de pelo. Y no hablo de transgredir cuando uno sabe lo que hace.
Para seguir con la crítica: ¿cómo salimos del embrollo de lo que es o no es arte?
Del concepto de arte, de entre las varias acepciones que incluye la RAE, extraigo esta:
- m. o f.
Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
El María Moliner dedica bastante espacio al asunto del arte, pero para lo que me interesa, me quedo con esa definición.
Me pregunto qué defensa tienen esas salidas de tiesto de la caca, la de la obra fantasma o la de los gritos. ¿Hay marketing detrás? Es más que probable. «Que hablen de mí, aunque sea mal».
No todo lo que se ha producido en arte satisface por igual. Pero creo que para hablar de arte tendríamos que hablar de cosas como estas: esfuerzo, formación, conocimiento de lo que hubo antes, sentido o propósito. Lo otro, lo que defiende esta persona que me escribe, se llama «gusto». Y el gusto, lo sabemos, es como el culo: todo el mundo tiene uno. (Y espero no ofenderla, pero no emplearé eufemismos precisamente por tratarse de lo que se trata).
Para llamar «arte» a algo, hay que salir de la propia subjetividad. Y para salir de la propia subjetividad y que podamos consensuar que algo es arte, hay aspectos significativos: la composición, el equilibrio, lo innovador respecto a lo que hubo antes.
Todo aquello que es revelador.
El arte literario: no todo lo que se publica es literatura
Hay un término que reúne el valor del arte literario. Es el canon. Varía a lo largo del tiempo y hay obras que lo amplían y otras que hasta logran romperlo (para eso hay que saber muy bien lo que se hace). Esto del canon valga solo como ejemplo de consenso.
Alguien que no es capaz de penetrar el lenguaje, ¿dirá algo sensato sobre arte literario? Si no hemos superado el lenguaje familiar o coloquial, ¿podremos decir algo significativo al respecto?
En arte literario se manejan las palabras de un modo específico; y hay que mencionar algo que es muy difícil: innovación. Para empezar, escribir, ya lo dijimos, no es hablar.
No podemos soslayar el uso artístico del lenguaje si de arte se trata. ¿Qué diremos, si no, de la estética del lenguaje escrito, de la poética, como decía Aristóteles?
¿Impongo mi criterio? Mira si lo tiene fácil quien se sienta coaccionado o forzado en este sitio, si fuera el caso. Solo pretendo exponer lo que siento, que para eso es mi sitio. Y, por supuesto, se puede o no coincidir conmigo. Faltaría más.
¿Y cómo salgo yo de críticas como esta?
Pues mire usted, salgo con esta reflexión. Quiero decir que he tomado en cuenta la crítica y he tratado de ver qué podría haber de útil en ella.
Lo que diré, eso sí, es que si me quedo en el gusto, no me gusta la forma en que la persona se despacha.
Leí acerca de la historia de un perrito que no tenía cola por un accidente y no podía comunicar que era majete, amigable. Y como no podía mover la cola, solo peleaba. Estaba lleno de cicatrices. Y las propias cicatrices lo volvían feo y por eso mismo se ensañaban con él. Y se ensañaban con él y le hacían nuevas heridas.
Esta persona me lo recordó. Vaya usted a saber por qué.
El caso es que me quedo a gusto y agradezco tener esta tribuna desde la que poder expresar mi opinión.
Propina 1
Una verdad irrefutable: no hay palabras que sean más poéticas o más literarias que otras. Palabras como nariz, dedo o sandalia no lo son más que amor o farmacopola; y Lope de Vega las juntó en su poema Púsose Amor en la nariz el dedo.
O Alberti, que juntó cochinilla, mariquitas, garbanzo y alpiste. Y también nariz.
Lo que hace poético el lenguaje es, a mi juicio, su capacidad de sugerir, sus silencios. Todo aquello que se omite y que trasciende las propias palabras. Lo que invita a reflexionar, algo que, al parecer, no todo el mundo puede, sabe o considera hacer cuando lee. Nada de términos engordados, engolados, afectados o rimbombantes.
Solo palabras que se vierten con un sentido ligeramente desviado del suyo propio. Las que nos ponen sobre la pista de intenciones insospechadas, es decir, todo eso que llamamos juegos literarios.
Por cierto, no caigamos en la tentación de tomar por sencillo lo que es (y tomo prestadas estas palabras de la lingüista Lola Pons) mera «rebaja de refinamiento expresivo».
Lo simple (lo sencillo, insisto, es otra cosa) es un monstruo que se lo va comiendo todo. Se come la capacidad de parar, de pensar, de investigar; se come el esfuerzo y se come todo lo que arroja algún significado.
Propina 2
No digo con esto que yo sea capaz ni mucho menos de escribir literatura (novelas sí; literatura es otra cosa). Lo que digo es que para cualquier tipo de expresión artística hace falta entrenar la mirada, ahondar en lo que esconde y a lo que apunta y, antes aun, haberse empapado mucho.
A eso nos referimos al decir que para transgredir cualquier norma primero hay que conocerla. De lo contrario, el resultado será solo un pastiche, un ripio, algo kitsch.
Eso sí, y en esto le doy razón a la persona que me critica: uno no debería emplear palabras que no se le parecen (aunque ella no lo exprese así).
Sin acritud.
Termino. Me encantaría saber qué haces tú con las críticas (no con las guais, sino con las que vienen como flechas y te buscan a ti).
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