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Tu manuscrito está listo. Ahora tienes que diseñar una propuesta editorial y escribir una carta de presentación.

Ah, pero es difícil. Estás tan vinculado a tu libro que te cuesta una barbaridad decir algo que no sea tierno; tomar distancia con él y verlo desde fuera para destacar sus valores objetivos.

No importa, te dices; lo ves desde dentro. Y lo que ves es una maravilla. Tiene que ser suficiente.

Pues no; ya te digo yo que por ahí no es.

La carta de presentación y la propuesta editorial es una apuesta que te conviene jugar muy bien si te diriges a la publicación tradicional. Share on X

Una propuesta editorial es una especie de caída de ojos que le haces al editor de turno. Perdón: no a cualquier editor, sino justo a ese a quien quieres dirigirte. ¿Por qué? Porque la caída de ojos que le hacías a papá dista de la que le haces hoy a ese señor que te mola; o a esa señora.

Una caída de ojos es una caída de ojos, pero varía en función de a quién va dirigida.

¡Ah!, pero, antes y por delante, aséate y embellécete. Es una metáfora. Significa algo que no haría falta ni mencionar: lo que envíes, envíalo corregido.

Por descontado: ten corregido también ese manuscrito al completo por si… acaba saliendo el sol (si te lo acaba pidiendo la editorial).

Y aprende a mirar tu novela desde otro lugar. Digo novela porque, si es un ensayo o una obra de divulgación, sabrás con certeza qué es eso que aportas.

Con una novela, las justificaciones suelen ser de otra índole.

La carta de presentación

No te relacionas con todo el mundo igual. De hecho, aunque tú seas tú en todos los contextos, tu interlocutor varía… y tú haces tus ajustes.

No es igual dirigirse a una editorial grande que a una pequeña; ni es igual dirigirse a un editor que conoces que a uno desconocido. A veces, serás más técnico, y otras, puede que ligeramente informal. Ligeramente, ojo, que puedes patinar.

Esto no es un juego ni es irse de cañas.

Una carta de presentación es la que precede a la propuesta editorial y a la que acompaña. La precede, digo, porque es lo primero que se leerá el editor.

Quiere saber quién eres, quién está detrás de esa propuesta.

Carta de presentación y propuesta editorial

Cuida que la carta editorial sea breve y directa a la diana.

Lógicamente, tienes que especificar tus datos personales y de contacto. Y describir qué tienes tú de especial como autor, qué te hace diferente, qué pretendes aportar con tu obra. Por qué tendría que gustarle eso que has escrito.

¿Publica ese editor obras en cuyo género o tipología se enmarca la tuya? ¿Te hizo alguien la recomendación? ¿Conoces el fondo de catálogo de su editorial? Tienes que tener claro por qué eliges esa y no otra.

Por todo esto, no es igual una caída de ojos que otra. Y por esto mismo no sirve la misma carta para todos los editores en quienes hayas puesto tus ojos. Tendrás que ajustarla.

Aun así, no trates de deslumbrarlo pasándote de original.

Información que debes incluir en la carta de presentación

Para valorar una propuesta, en cada editorial piden una información determinada. Visita su web y revisa los requisitos. Lo primero que debes averiguar es si reciben manuscritos.

En general, la información que debes incluir en la carta de presentación que adjuntas a la propuesta editorial es la siguiente:

  • Datos personales: nombre, apellidos, DNI.
  • Datos de contacto: correo electrónico, n.º de móvil y n.º de registro de la obra.
  • Redes sociales: incluye los enlaces.
    • En este apartado puedes añadir si colaboras en algún medio, incluir tu web o blog (si escribes de manera regular), cantidad de seguidores en tus redes… En definitiva: cuál es tu área de influencia.
  • Género literario al que pertenece tu obra.
  • Razón o razones por las que encaja dentro de su línea o catálogo editorial.
  • Una o dos líneas para contar por qué has escogido esa editorial en concreto.
  • Público al que te diriges (al que se dirige tu obra).
  • Si has publicado antes y cuántos ejemplares vendiste.
  • Un pequeño párrafo en que cuentes de qué trata tu obra. (Ver más abajo el apartado «Tipo de obra»).
  • Detalla qué archivos adjuntas (propuesta, informe de lectura…).

Sé cortés. Dirígete con un saludo; mejor si conoces el nombre del editor (párrafo específico más abajo).

Pondrás tus datos en la propuesta editorial, pero inclúyelos también en la carta de presentación.

Despídete y da gracias anticipadas.

¿Extensión? Veinte o veinticinco líneas; no más.

Tipo de obra

El editor tiene que saber rápidamente de qué tipo de obra se trata, qué tiene entre manos, por qué debería dedicarle tiempo.

¿Es un ensayo? Cuéntale cuál es ese problema en el que se enfoca y cuya posible vía de solución aportas.

¿Es un libro de divulgación? Explica qué información incluida en un cierto campo de estudio la interpretas desde una óptica novedosa o accesible al público lego.

¿Es una novela? ¿De qué género? ¿Se parece a alguna otra conocida?

En el mundo del cine y la televisión hay un término acuñado cuya función es enganchar con una frase breve. Se llama pitch o pitching. Sirve para animar a los espectadores, pero sirve también para presentar una propuesta de guion a un productor. En cinco minutos, tienes que captar su atención.

Este de tu obra es un caso similar.

Llámalo gancho. Una frase con gancho puede hacer la diferencia. Su función es servir para que ese editor quiera saber más y te pida el manuscrito.

¿Qué personajes están al cargo de la historia? (Sigue leyendo, que hay un fragmento que habla de ellos).

¿En qué tiempo se desarrolla? ¿A qué género pertenece? (Esto ya lo hemos dicho).

Añade también qué voz narrativa has elegido. ¿Es una primera persona, una voz omnisciente, son voces alternas?

¿Se altera la secuencia cronológica? ¿Hay analepsis (saltos hacia atrás o flashbacks) o prolepsis (saltos hacia delante o flashforwards)?

Añade esos aspectos.

A ese editor en concreto

Tanto la carta de presentación como la propuesta editorial debes dirigirla a un editor concreto. Mejor, si pones su nombre. Puedes pedirlo en la propia editorial o buscarlo en LinkedIn.

Escribe una carta que no pase de una página. Piensa qué pondrás en el asunto de tu e-mail. Esa simple línea tiene que ser lo bastante llamativa para no perderse entre el resto de correos.

Es una gran responsabilidad para una sola frase.

La propuesta editorial propiamente dicha

Te preguntarás por qué está tan sistematizada la fórmula.

No imaginas cómo suelen estar las mesas de los editores; solían estar, al menos, y algo me dice que no ha debido cambiar mucho; hasta habrá aumentado el volumen.

Propuesta editorial y carta de presentación

La propuesta editorial es la caída de ojos de la que te hablaba más arriba.

De manera que se trata de esto: de facilitarle la tarea a quien tiene siempre más trabajo del que puede sacar adelante.

A la recomendación que te hago más arriba de no pasarte de original, añado: tampoco te pases de informal ni vayas de gracioso. Cíñete a un tono neutro y profesional.

Se trata de hablar su lenguaje; ni más ni menos. Es como cuando vas a una cita para un posible puesto de trabajo: ni vas en chándal ni descuidas las normas elementales de cortesía. Tampoco adulas. Mantienes un ten con ten, un modo de comportarte adecuado. De otro modo, puedes acabar metido en arenas movedizas.

Tu objetivo es estar a la altura de lo que pide la situación.

Una vez que sabes qué aspectos debe contener la carta de presentación, aquí va la propuesta editorial propiamente dicha:

Propuesta editorial estandarizada

Si la editorial tiene un formato estandarizado para el envío de manuscritos, sigue los pasos que se indican. Si hablaste con ellos y no te dieron indicaciones expresas, puedes crear una propuesta que siga determinado patrón.

17 aspectos que cuidar para elaborar una propuesta editorial

  1. El formato tipo es A-4, márgenes laterales de 3 cm y superior e inferior de 2,5 cm. Word denomina a este formato normal.
  2. Fuente: Times New Roman (12 pt) o Arial (10 pt).
  3. Interlineado: nunca por debajo de 1,5. Recomendable: doble espacio. Se trata de facilitar la lectura.
  4. Texto justificado.
  5. Títulos de capítulos: 14 o 16 pt y negrita.
  6. Entre título e inicio de capítulo: 24 pt.
  7. Sangrías: 1 cm (nunca más de 1,25) en todos los párrafos menos en los primeros de cada capítulo, aunque se inicien con diálogo: esos primeros párrafos no se sangran.
  8. Diálogos: se presentan con raya, ni con guiones, viñetas u otros signos.
  9. Sin líneas blancas o espacios al cambiar de párrafo.
  10. Con saltos de página entre capítulos (si envías dos capítulos, un salto de página entre ambos).
  11. Incluye salto de sección que desvincule la página primera de las siguientes. Cuida que esa primera (que incluye título y datos personales) no vaya numerada.
  12. Resto de páginas, numeradas.
  13. Primera página: título de la obra y en el ángulo inferior izquierdo, datos personales y de contacto. Indica horario preferible de llamada, si fuera el caso.
  14. Segunda página: sinopsis argumental.
  15. Ficha de personajes.
  16. Especifica número de palabras y páginas.
  17. Indica si es autoconclusiva o si forma parte de una serie. De ser así, incluye un esbozo de lo que contendrá cada parte.

Qué es la sinopsis argumental en la propuesta editorial

Una sinopsis argumental no es igual que una sinopsis monda y lironda. Una sinopsis monda es lo que va en la contracubierta para que al lector le nazca (y le retoñe; porque se le habrá metido en el ojo, ascenderá a la cabeza y le bajará al corazón) el apetito de leer.

En la sinopsis monda tienes que contar lo suficiente sin destripar nada. Destripe: spoiler (por si alguien desconoce la equivalencia).

En cambio, en la sinopsis argumental lo largas todo de pe a pa, de principio a fin, de este a oeste. Cuentas todo lo que pasa en orden correlativo y sin omitir nada. Ni el final.

Qué es la ficha de personajes

Carta presentación y propuesta editorial

La carta de presentación y la propuesta editorial son tu pasarela para la posteridad. ¡Cuídalas!

No todas las editoriales las piden, pero puedes hablar de quiénes son los personajes más destacados.

Es un modo de dar volumen a lo que cuentas y de reforzar su verosimilitud. Por descontado: un personaje, por muy principal que sea, no es un dechado de virtudes. Si es de verdad, tiene contradicciones, manías y aspectos que no lo decoran.

Forma de envío de la propuesta editorial y la carta de presentación

Pon pulcritud en cada parte, tanto de la carta de presentación como de la propuesta editorial. Es lo primero que sabrán de ti.

Importa la ortografía, la claridad, el orden.

Importa la concisión: no te explayes. Cuenta lo justo.

Entre carta de presentación y propuesta editorial —con ese par de capítulos que incluyas— no deberías rebasar las 25 000 matrices (caracteres + espacios). Y si en 10 000 puedes contarlo todo, mejor.

Lo normal es que hagas el envío por correo electrónico (recuerda la frase gancho del asunto), salvo que la propia editorial te haya hecho una indicación en otro sentido. Si fuera así y tuvieras que enviarlo por correo o entregarlo en persona, imprímelo por una sola cara y encuadérnalo.

Tú, que no tienes experiencia, y tu propuesta editorial

Tú, que ni tienes experiencia ni títulos que avalen tu trayectoria ni contactos que te allanen el camino, no sufras: aquí se trata de escribir. No hay títulos que lo avalen a uno como escritor, salvo sus propios escritos.

Un título ni confirma ni desmiente la propia valía, así que no te detengas por eso.

Tampoco engañes ni te inventes un personaje que no eres; se te verá el plumero. Además, al editor le importa que lo tuyo tenga calidad y aporte algo a su catálogo. Él o ella tiene un negocio y quiere ventas. Cuanto más le pite que algo puede venderse, más empeño pondrá.

No te hagas de menos y dirígete a él o a ella (hay una mayoría de mujeres editoras, vaya por delante) desde tu propia dignidad. La pasión por la vida, la observación y la reflexión son virtudes que hacen al escritor.

Habla de ti en primera persona.

No es un currículum como tal lo que deberías poner en tu biografía, sino algo semejante y de forma narrada. Tener un canal de YouTube o un blog ayuda.

El editor no es un extraterrestre, sino alguien de carne y hueso, con sus preocupaciones y sus responsabilidades. También con sus emociones: dile algo que le llame la atención lo bastante como para invitarlo a leer. Y a tomarte en cuenta.

Propina 1

Una propuesta editorial no garantiza nada. De hecho, el porcentaje entre lo que recibe y lo que publica una editorial que no solicita manuscritos es menor de un 10 %.

Lo habitual es que reciban obras a través de agentes vinculados al sello o de autores con los que vienen trabajando. O que se trate de encargos de la propia editorial.

Hoy día escribe todo pichichi y están hartos de recibir manuscritos que son una pena (por no decir algo más feo).

Aunque la buena noticia es precisamente esa: no se cuida lo que se envía a las editoriales. O no se cuida la obra en sí porque llega mal escrita o falla la presentación. O fallan ambas cosas.

Propina 2

Hay otro factor que no es del dominio de nadie y que también influye. Se necesita no solo para esto, sino para cualquier cosa que se presente en la vida. Se llama suerte.

¿A qué, si no, podría atribuirse que verdaderos bodrios editoriales se publiquen? Léase aquí 50 sombras de Grey o La chica del tren. Tengo otros títulos en la cabeza que me reservo para no herir sensibilidades.

Y no hablo de autopublicaciones. Hay cosas buenas, sí, porque cada vez hay más autores que van cayendo en la cuenta de su responsabilidad; pero es cosa mala la de quienes aún no se bajaron del guindo.

Mientras la suerte deshoja la margarita y decide si tocarte con su varita mágica, hay otro factor que ayuda. Este, además, depende absolutamente de ti. Se llama paciencia.

Una editorial puede tardar en responderte (si pita la suerte) entre tres y seis meses. Ármate de paciencia y no des la vara cada dos por tres con llamadas y correos.

Propina 3

Suerte, decía, porque si la editorial no repara en tu manuscrito y resulta que es bueno, igual te responde con algo como esto que cuenta Vila-Matas:

Un caso llamativo es la respuesta que un joven escritor canadiense recibió de una revista científica de Shanghái: “Estimado señor, hemos leído con indescriptible entusiasmo su manuscrito. Si lo editamos, será imposible para nosotros publicar cualquier trabajo de menor nivel. Y como es impensable que en los próximos mil años veamos algo que supere al suyo, nos vemos obligados, para nuestra desgracia, a devolverle su divina composición, y a rogarle mil veces que pase por alto nuestra miopía y timidez”.

Tienes el artículo completo aquí.

Incluso puede que la editorial te responda ofreciéndote pautas y consejos sobre cómo mejorar tu texto. Eso es fantástico, porque indica que le han visto potencial. Sopesa sus recomendaciones y, si ves que te encajan, ¡ponte las pilas!

Si a pesar de todo, necesitas ayuda con tu propuesta editorial, escríbeme.

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