Pasos para escribir un cuento nace de un encuentro entre Javi Torres y yo misma; un encuentro por Internet cuando este comunicólogo e historiador buscaba conocer qué habían escrito otros sobre cómo escribir bien. Porque también escribe. Su interés partía de que tiene un artículo titulado Cómo tener una buena redacción. Y fue a parar a este mío: Escribir de forma literaria. A partir de ahí, correo va, correo viene y el ofrecimiento de colaborar en este blog con un superartículo tan ambicioso.
Os encontraréis con una palabra que a buen seguro desconocéis: talacha. Yo ya me la he apuntado. Esta fue su explicación cuando le pregunté:
En México lo usamos en alusión al trabajo para corregir algo o mejorarlo. Expresiones como estas son comunes: «Estoy haciendo talacha», «termino esta talacha y ya…». Hay negocios, sobre todo donde arreglan llantas de autos, con leyendas de este tipo: «Se hacen talachas». La frase alude a que se arreglan llantas. En el medio periodístico, circula un libro cuyo título es: Talacha periodística.
En esto de escribir hay mucha talacha y, como veréis, Javi se ha empeñado a fondo. He aquí el resultado. Os dejo con él.
Un buen cuento literario perdura en el tiempo y en la mente de los lectores. Por eso, muchos escritores imberbes y otros ya con algo de experiencia desean producir excelentes narraciones breves. Pero los deseos no bastan. Y menos en literatura. Se requiere algo más: conocer y ejercitar los pasos para escribir un cuento y que quede redondo.
Por eso, en este texto exponemos lo que lleva un cuento digno de recordarse.
Hago una pausa en el desarrollo del texto para agradecer a Marian Ruiz, escritora y correctora profesional, el permitirme publicar en esta web que tanto aprecio. Sé que sus lectores poco encajan con otros muchos que acuden a Internet: los suyos son lectores exigentes. Enfrentarme a esta audiencia analítica es para mí apasionante; aunque sé también que mi texto puede ser objeto de críticas por parte de la comunidad lectora; bienvenidas sean, pues, las opiniones en torno a lo que sostiene.
Después del paréntesis, ahora sí, continuemos con lo que nos tiene aquí:
Previo a los pasos para escribir un cuento que perdure en la mente del lector
Las estrategias para lograr excelentes narraciones breves están al alcance de quien quiera practicarlas. Sin embargo —de una vez te lo decimos, para que no haya engaños— se requiere trabajo y esfuerzo para rebasar la línea donde se quedan la mayoría de los que desean ser cuentistas o escritores.
Cualquiera puede escribir cuentos, pero no cualquiera puede lograr buenos cuentos que perduren en el tiempo y en la mente de los lectores. La clave está en la aplicación y constancia en el ejercicio de escribir. Y, está por demás decirlo, en el conocimiento y dominio de las técnicas y trucos narrativos.
¿Y el talento natural para escribir no basta para lograr excelentes cuentos? Los literatos no basan el éxito en el talento narrativo, si es que lo hubiera. Se apoyan en el trabajo arduo del ejercicio de la escritura. En el libro El oficio de escritor (con entrevistas a varios autores; traducción y presentación de José Luis González, México, Era, 2006) hay muestras de cómo narradores encumbrados antes de poner punto final a su texto han tachado y rehecho varias veces el cuento o novela u otro texto narrativo. En esa obra, varios literatos consideran que el escritor se hace en la talacha de la escritura. No nace con el talento de escribir.
Escritores de renombre y multipremiados se consideran sin talento para la escritura creativa. Sin embargo, sus obras tienen muchos lectores por todo el mundo. La sagacidad para producir obras memorables se la ha proporcionado la habitual rutina de escribir. Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, antes de que el mundo lo conociera, ya había ejercido muchos años el oficio de reportero, donde, como sabemos, la escritura se practica a diario.
El talento para la escritura podríamos decir que no garantiza a alguien lograr cuentos redondos. Da más frutos el hábito constante de la escritura.
El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, cuando ya rondaba los 80 años de edad y después de muchos años de practicar la escritura, consideró que carece de don natural para la escritura. El autor de Conversación en La Catedral y La guerra del fin del mundo, entre otras obras literarias, confesó:
No tengo talento natural [para la escritura], me cuesta trabajo escribir, cada vez me cuesta más […]. El practicar tantos años la literatura no me ha dado más facilidad, más seguridad, en absoluto; cuando comienzo una historia tengo la misma inseguridad, esa especie de indefensión que sentía cuando escribía mis primeros textos.1
Detrás de cada escritor de obras memorables, casi siempre existe una historia de arduo trabajo en el ejercicio de la escritura.
Uno de los grandes cuentistas, Antón Chéjov, escribía de 2 a 3 horas en el día, sin contar el tiempo que pasaba escribiendo en las noches. De seguro esa disciplina le dio las armas y la astucia para redactar cuentos en pocas horas. El escritor ruso confiesa que, incluso, escribió un cuento en el baño, de un tirón.
No recuerdo ni un solo cuento mío en el que haya trabajado más de un día.
Pero atrás de esos cuentos que produjo el literato ruso en tiempo récord había —como hemos expuesto de manera breve—, una disciplina. Chéjov no era un improvisador en la escritura.2
Pasos para escribir un cuento… redondo
Cuento, definición y características
Hablamos de este género narrativo, pero ¿qué es y qué no es el cuento? Las características que aquí resaltamos vienen de los creadores, más que de los críticos literarios.

El escritor ruso, desde joven escribía cuentos.
Entre los literatos se acepta que un cuento es una narración breve que se escribe y se lee de una sentada.
¿Entonces cualquiera puede escribir cuentos? Sí, pero no cualquiera puede crear cuentos redondos que perduren.
¿Qué más se necesita?
Para lograr una narración breve memorable se requieren otros ingredientes:
- La atmósfera o intensidad del relato
- La forma de tratar el tema
Sobre esos factores esenciales en un buen cuento hablaremos más adelante. Por el momento, prosigamos con lo qué es un cuento y qué no lo es.
Algunos consideran que un cuento es una novela sintetizada. No es así. Cada género tiene sus propias características. Pero el objetivo de este texto no es hacer una comparación exhaustiva entre las peculiaridades del cuento y la novela, sino exponer los pasos para escribir un cuento.
Aspectos para tener en cuenta
- Un cuento es una narración breve y la novela tiene muchas páginas.
- En un cuento se desarrolla una sola historia; en la novela, en cambio, varias historias convergen.
Julio Cortázar, uno de los cuentistas latinoamericanos más reconocidos, al referirse a ambos géneros, los comparó con la manera en que un boxeador resulta triunfador en un combate:
[…] La novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knockout […]. En la medida en que la novela acumula progresivamente sus efectos en el lector […], el cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases.3
Continuemos con las características del cuento.
¿Hay un límite en la cantidad de caracteres —o cuartillas, como decíamos antes de la era digital— para que alguna narración sea considerada cuento? No. Un cuento puede tener desde media página hasta 20.
A un texto literario narrativo después de 20 páginas, en Francia se le llama nouvelle —novela corta, en español—, un género que oscila entre la novela y el cuento.
Puntos importantes del cuento
Hacemos hincapié en estos dos aspectos que hemos mencionado antes:
- La atmósfera o la intensidad del relato
- La forma de tratar el tema
Atmósfera o intensidad del relato
Dada la brevedad del texto, para que un cuento trascienda, debe ser tan intenso que el lector no pueda soltarlo hasta concluir la lectura.
¿Pero en qué consiste la intensidad del relato?
El cuentista Julio Cortázar dice al respecto:
Lo que yo llamo intensidad en un cuento consiste en la eliminación de todas las ideas o situaciones intermedias, de todos los rellenos o frases de transición que la novela permite e incluso exige.4
Entonces, para lograr esa atmósfera intensa que debe acompañar a un cuento inolvidable, deben evitarse las descripciones innecesarias porque hacen perder el ritmo, la intensidad que exige la narración breve. Todo lo que se narre en él debe estar encaminado a mantener la tensión. La intensidad narrativa es una de las facetas o pasos para escribir un cuento que atraiga al lector.
Así pues, en un cuento no debe haber elementos de relleno. Si un clavo se menciona, ese clavo debe ser parte fundamental de la trama o final. Nada superfluo tiene cabida en un cuento redondo.
Cortázar menciona dos que tienen, desde su óptica, una buena intensidad desde el principio, pues carecen de elementos de relleno, como descripciones innecesarias, ideas secundarias o situaciones intermedias. Estos cuentos son:
- El tonel de amontillado, de Edgar Allan Poe.
- Los asesinos, de Ernest Hemingway.
Forma de tratar el tema y la trama o estructura del cuento
Un cuento memorable se distingue también por la forma en que el escritor estructuró la trama —inicio, desarrollo y desenlace—.
Y en este punto, hay sugerencias, pero no recetas que hagan a cualquiera producir excelentes narraciones breves.
El tratamiento de la estructura del cuento está ligado al dominio del oficio de escritor, de aquí que algunos temas los estropee la impericia de quien lo escribe. En cambio, hay temas que, aun siendo cotidianos, los tratan literatos avezados y generan cuentos perdurables. Una muestra de esto son las narraciones de Antón Chéjov y Katherine Mansfield.
La estructura tradicional de cualquier narración literaria es esta: planteamiento (inicio), nudo (conflicto en la historia) y desenlace (final de la historia).
Pero los escritores, a veces, alteran el orden de esos elementos. Su objetivo: lograr la intensidad narrativa que atrape al lector y haga a la narración trascender en el tiempo. Algunos buenos cuentos se inician con el conflicto o clímax de la historia a fin, como digo, de dotarlos de interés y garra.
La lectura de excelentes cuentos también proporciona ideas a los que deseen lograr buenas narraciones breves. Para encontrar los recursos literarios usados en un buen texto narrativo, se requiere leer con esmero en busca de aquello que hace brincar al lector, tal como lo explica de manera detallada Marian en este texto al que alude en la presentación y que fue el que nos conectó.
No se trata de copiar el estilo del texto que te haya hecho botar, que te haya mantenido sumido en la lectura, sino de poner en práctica en tus narraciones recursos semejantes para lograr cuentos redondos como panderos.
Pasos para escribir un cuento redondo y memorable
Planteamiento, nudo y desenlace son pasos clave al escribir un cuento. Una lista más pormenorizada de puntos a considerar dentro de la narración corta es esta:
- Tema
- Estructurar el cuento en la mente
- Título
- Arranque
- Planteamiento
- Atmósfera
- Conflicto
- Final
Tema
Cualquier asunto, por trivial que parezca, puede ser tema de un cuento. Y, por lo general, no es el tema el que da la trascendencia a una narración breve, sino la forma como el escritor presente la historia. Un buen tema, por singular o extraordinario que sea, puede generar un cuento malo si lo escribe alguien que no domina el arte de escribir.
Dice Julio Cortázar que no hay temas buenos, ni malos temas de cuentos, sino lo que existe es “un buen o mal tratamiento”.5
Estructurar el cuento en la mente
Uno de los pasos para escribir un cuento, consiste en pensar y elaborar el cuento en la mente antes de escribirlo.

Horacio Quiroga, cuentista y poeta uruguayo. Imagen tomada de la Wikipedia.
Pero en la mente lo que importa es cómo vamos a iniciar el cuento, cuál es el nudo y cuál será el final. Digamos que, de manera resumida y sin grandes detalles, el cuento ya lo construimos de manera imaginaria. Los detalles saldrán en el momento de la escritura. Y ahí entra la parte creativa: las primeras frases que anotamos al inicio del relato, cómo vamos hilvanando la historia, cómo hacemos actuar a nuestros personajes y cómo logramos mantener la intensidad narrativa de principio a fin.
Hay que considerar lo que recomienda Horacio Quiroga, otro de los grandes cuentistas latinoamericanos:
No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen la importancia de las tres últimas.6
Título
Algunos dan importancia al título del cuento; otros, no. Pero lo indicado es que el encabezado de la historia despierte curiosidad e interés en el lector. Por supuesto, el título tiene que estar relacionado con el tema narrado.
Lo que nunca se debe hacer en el título es desvelar el desenlace, pues la historia perdería por completo el interés.
Arranque
El inicio de la narración es crucial; si no despierta interés en quien se disponga a leerla, no lo hará; abandonará la lectura. O leerá con un interés desviado.
El creador del cuento debe buscar un ángulo de la historia que incite a la lectura. Podría empezar la narración con el clímax, por ejemplo. O con guiños a un rasgo físico de cierto personaje que remitan a una acción futura en el desarrollo de la historia.
Por ejemplo, podríamos iniciar nuestro cuento así:
Se miró en el espejo la cicatriz que parecía hundirle la mejilla izquierda, hizo una mueca de disgusto, pero enseguida sonrió como anticipando un triunfo, mientras sentía el metal del cuchillo en el bolsillo izquierdo de la chamarra. A pasos largos salió de la casa hacia la boda de la mujer, por la que tenía marcado el rostro hacía 2 años con 5 días y 6 horas.
Estarás de acuerdo con que un inicio como el anterior podría sentar al lector frente al cuento y no soltarlo hasta que sepa qué va a hacer el personaje con ese cuchillo. Se alcanza a ver que el tipo ha esperado con ansiedad este momento para hacer lo que se propone.
Planteamiento
Es la parte donde se conoce de qué va a tratar la historia. En el cuento resulta útil sugerir qué pretenden los personajes, cuál podría ser el curso de la historia. Las explicaciones sobre lo que les pasa a los personajes o sobre lo que van a hacer apagan la chispa de complicidad entre el autor y el lector. El planteamiento es un buen punto para generar interés con las pistas que demos sobre posibles acciones futuras. Pistas: nada de explicaciones.
Ahora bien, el planteamiento no siempre se ubica en las primeras líneas del cuento, como ya hemos apuntado; pudiera ser que lo iniciemos con acciones del nudo, en un flashback narrativo —o analepsis— y demos así a conocer dicho planteamiento.
Atmósfera
La atmósfera narrativa alude al entorno donde se desenvuelven los personajes y ocurre la acción. No hace falta hacer descripciones prolijas del espacio. Lo que interesa es remarcar los puntos que ayuden a crear la tensión. Dejaremos fuera detalles o elementos innecesarios, puesto que el cuento no permite incluir nada que sea parte de la trama y la historia.
Conflicto
Sin conflicto no hay buen cuento. Es el punto culminante antes del desenlace. A este nudo son atraídos los personajes y también el lector. Es el episodio donde se decide el curso de la historia.
Imaginemos a nuestro personaje de la cicatriz en el cachete: llega a la boda, los ojos coléricos, la sangre caliente por los tragos de mezcal. La mano izquierda en el bolsillo empuñando la cacha del cuchillo. Escupe al suelo y se dirige hacia los recién casados, que bailan en el centro de la palapa. Los ojos de algunos se clavan en la cicatriz del protagonista, pero este, ajeno a todo, sigue apretando la cacha del cuchillo mientras avanza…
Y allí dejamos al personaje: está la historia en el clímax. Es el momento decisivo. ¿Contra quién está su enojo? ¿Contra el novio, contra la mujer? Lo sabremos después de lo que se dispone hacer.
Como el nudo o clímax es el momento de mayor tensión, podríamos iniciar el relato con el nudo, como una forma de despertar la curiosidad del interesado.
O abordar ese momento cuando le toque en el desarrollo de la historia.
Pero un buen cuento no puede carecer de nudo.
Final
El final es algo que hace también memorable a un cuento.
O no.
A algunos gusta mucho un final sorpresivo. A otros, los finales abiertos. Pero independientemente de qué clase de final sea, lo que importa es que el lector se lo crea; que le resulte verosímil.
O no lograremos un cuento redondo.
Ingredientes para escribir cuentos redondos: saber adónde vas y seleccionar las palabras; palabras que sean certeras, imprescindibles y justas. Clic para tuitearOtras consideraciones que también son pasos para escribir un cuento redondo
A estas alturas del artículo quizá sobre mencionar que para llegar a escribir cuentos redondos hay que redactar bien. Esto es esencial. A quien no domine las claves de la sintaxis y la redacción se le dificultará sobremanera escribir buenos cuentos.
Redactar bien es un eslabón para llegar a la escritura narrativa. Pretender escribir buenos cuentos sin saber redactar es como pretender ser un basquetbolista competitivo, sin ni siquiera dominar el bote del balón en el piso. Pero dado que el objetivo de este artículo no es enseñar a redactar bien, podrías leer este artículo y este otro, donde se ofrecen consejos a este fin.
Conclusiones
Con los pasos para escribir un cuento que vimos aquí, cualquiera puede escribir cuentos, pero producir cuentos inolvidables es otra cosa. No insistiremos lo bastante en que, para lograr cuentos que trasciendan, se requieren conocimiento, dominio y ejercicio de la narrativa literaria. Volvemos, por tanto, a la disciplina de escribir diario y al dominio de las técnicas. Literarias, por supuesto.
Fuentes citadas:
1 Cruz, Juan, “Mario Vargas Llosa: ´No tengo talento natural. Me cuesta escribir’”, en El País, 24 de octubre de 2005, [en línea], <https://elpais.com/cultura/2015/10/22/babelia/1445520280_937768.html>, fecha de consulta: 27 de junio de 2019.
2 Veáse Chéjov, Anton, Consejos a un escritor, [en línea], <https://www.guao.org/sites/default/files/portafolio%20docente/Consejos%20a%20un%20escritor.%20Anton%20Chejov_0.pdf>, fecha de consulta: 26 de junio de 2019.
3 Cortázar, Julio, “Algunos aspectos del cuento”, en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 255, marzo 1971, p. 406, (en línea], <http://www.cervantesvirtual.com/obra/algunos-aspectos-del-cuento/>, fecha de consulta: 26 de junio de 2019.
4 Ibid, p. 411.
5 Ibid, p. 407.
6 Quiroga, Horacio, Decálogo del perfecto cuentista, [en línea], <http://docenti.unimc.it/amanda.salvioni/teaching/2016/16707/files/horacio-quiroga_decalogo-del-perfecto-cuentista>, fecha de consulta: 26 de junio de 2019.
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