—A ver si me explicas qué significa corregir el estilo, que no sé yo si me interesa…
—¿No sabes qué significa que den ganas de relamerse con tus maneras de decir?
—Es que meter mano al chocolate del loro…

Te presento a Macarena… Si acaso, corregiríamos el tamaño de la gargantilla.
—Cierto. El estilo es el ADN. Te meten mano ahí y te desgracian. Ya no eres tú. Pero no es eso lo que significa corregir el estilo.
No todo el mundo tiene estilo
Cuando se habla de estilo, el símil es claro: cada uno tiene una manera de vestir, de hacer las cosas, de ser. En ese sentido, todo el mundo tiene un estilo. Ahora bien, cuando decimos de alguien que tiene estilo, la cosa va más allá: aludimos a elegancia, gusto, singularidad.
—¿Has visto a Macarena? ¡Qué estilazo!
Pero de cada persona con la que te cruzas no dirías que es elegante, que tiene una manera personalísima de vestir o que rezuma buen gusto por las orejas.
—Pues a su marido no le vendría mal un poco de asesoramiento. No es que tenga mal gusto, pero a veces lo ves con chanclas y corbata.

Este no es el marido. Es el vecino del quinto, un tanto barroco, como ves.
A la hora de escribir, igual. Todo el mundo tiene y no tiene estilo. Hay quien es capaz de mezclar chanclas y corbata en un mismo texto.
En qué se concreta el estilo a la hora de escribir
El estilo, según lo dicho, es la manera de decir de quien escribe, los recursos que utiliza para expresarse. Su caudal de riqueza expresiva. Su precisión. Todo lo que, en definitiva, hace de la lectura un placer. Es saber articular de manera adecuada:
- Giros
- Longitud de las frases
- Formas directas
- Formas alusivas
- Tipo de adjetivos
- Circunloquios
- Concisión
- Locuacidad
- Parquedad
Entonces, ¿qué significa corregir el estilo?
En este artículo te hablé de lo que compete a la corrección ortotipográfica. La corrección de estilo va más allá: se interviene en el alma de la narración poniendo énfasis en respetar su idiosincrasia; una palabrita estupenda para decir sus rasgos particulares. Se hace una revisión profunda y se corrige todo… menos el estilo.
No solo las prisas, que también, sino la propia dinámica de la escritura hacen que el autor incurra en:
- Repeticiones
- Redundancias
- Contradicciones
- Cacofonías
- Expresiones confusas
- Imprecisiones
- Muletillas
- Inexactitudes
- Errores de concordancia
- Incongruencias
- Anacolutos
- Gerundios impropios
Repeticiones, redundancias, contradicciones
¿Qué significa corregir el estilo cuando se trata de repeticiones, redundancias y contradicciones?
Repeticiones
Repetir es decir dos veces o más la misma cosa: sonido, palabra o concepto. Entroncamos con la retórica y sus poderosos recursos, pero allá donde el insigne poeta decía…
Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
… y repetía para hacer de la repetición algo hermoso, imagina que al margen de la intención poética y, confundiendo churras con merinas, alguien dijera…
*Que dicen que todo pasa y que todo queda y que pasamos nosotros y que somos nosotros los que pasamos y que pasamos haciendo caminos en la mar.

Este es un estilo poético… Hay que buscar entre las margaritas a ver si se ha deslizado algo que no sea silvestre.
Trabajo del corrector de estilo sería recortar lo recortable y ordenar la sintaxis para volver la frase inteligible:
Dicen que todo pasa; aun así, todo queda, salvo nosotros que, mientras pasamos, vamos haciendo caminos sobre la mar.
El corrector también podría hacer esto otro, de acuerdo con el autor, y añadir una sentencia que redondease el significado:
Dicen que todo pasa; aun así, todo queda, salvo nosotros, que vamos haciendo caminos sobre la mar mientras pasamos. Tal debería ser la huella de nuestra existencia.
Podría, pero no se le puede exigir al corrector. Entronca con el territorio del escritor fantasma.
Redundancias
Hay quien las equipara con las repeticiones, pero son otra cosa: recargan la frase con información irrelevante.
Bajó abajo, subió arriba, lo vio con sus propios ojos, ocurrió en un lapso corto de tiempo, les dijo que vinieran y ellos vinieron; al final, todos aplaudieron con las manos; para hablar, ella buscaba alguien con quien hablar.
He aquí qué significa corregir el estilo en este tipo de casos:
Bajó; subió; lo vio; ocurrió en un lapso de tiempo1 (u ocurrió en un tiempo corto), les dijo que vinieran y lo hicieron; al final, todos aplaudieron; buscaba alguien con quien hablar (donde es muy probable que ni sea preciso mencionar ella por hallarse implícito).
Contradicciones
Se trata de dos conceptos opuestos y reunidos en una misma frase:
No es rojo, pero es rojo; la pelota cae hacia arriba; una pipa no es una pipa; el examen es fácil pero difícil; la mañana está soleada pero llueve sin cesar; Lina está durmiendo y no está durmiendo.
¿Qué significa corregir el estilo en este caso? Pasa por advertir al autor y que aclare su argumento. En ocasiones, se utiliza para dar fuerza a una idea, comenzando por expresar la contraria. Claro, no siempre.
Cacofonías, expresiones confusas, imprecisiones
Cacofonías
Dentro de lo que significa corregir el estilo, el corrector detecta la música interna del texto. Cuando desafina, le sobreviene un espasmo.
*Aquel día juraría que no podría ser.
*Y, sin más, arranqué el motor que inició veloz su rotor.
*En julio, el calor de Formentor es abrasador.
*Fernando Fernández finalizó la última fase de la final con éxito.
El corrector rectificará, aun cuando la resultante necesite una mayor cantidad de palabras o convenga decirlas de otro modo:
Juraría que, aun teniendo muy claro el plan, ese día no iba a poder ser.
Y, sin más, arranqué el motor: obedeció en un instante.
En julio, en Formentor calienta de lo lindo.
Fernando Fernández llegó a la última etapa y culminó con éxito la final.
Puede que tengas que resignarte con el Fernández de apellido si te llamas Fernando; no obstante, sirva el ejemplo para hacer notar que tal proliferación de sonidos iguales o similares no favorece la lectura.
Inexactitudes, errores de concordancia y falta de congruencia
Inexactitudes
Responden a falta de rigor en lo que se menciona. Imagina un contexto marinero:
*Blas izó los pesos por medio de las cuerdas.
Cuando lo correcto y lo que significa corregir el estilo, en este caso, es decir por medio de los cabos.
O bien:
*Soltó las bombonas en el pasillo del barco.
Ni bombonas ni pasillo: Soltó las botellas en la bañera del barco.
Muletillas
Muletillas: son expresiones que no aportan nada a cambio de ensuciar mucho el texto. Y suelen formar parte del idiolecto personal… que se filtra a los modos de hablar de los personajes —caso de la narrativa—; o que enturbia el desarrollo de un trabajo académico.
Lo que significa corregir el estilo aquí es liarse a patadas con todo tipo de:
O sea, bueno, digamos, estooo, ¿me explico?, y todo eso, siempre, nunca, es que, bueno, joder, jajaja (y sus variantes)…
Errores de concordancia
Mira qué significa aquí una corrección de estilo:
*Veo cómo el agua se vuelve turbio al añadirle las sales.
Agua es un término femenino. Adopta el artículo masculino por ser tónica su primera a, pero solo en su forma singular y en esa construcción: artículo determinado + sustantivo 2; de hecho, si entre medias se intercala otra palabra, deja de ser así y recobra el artículo femenino:
Veo cómo el agua se vuelve turbia al añadirle las sales.
Veo cómo la misma agua se vuelve turbia al añadirle las sales.
Otros ejemplos erróneos:
*Pablito está canino: tiene muchísimo hambre.
La h es muda y se sigue la misma regla que he mencionado en el párrafo anterior: esa a es tónica, luego…
Pablito está canino: tiene muchísima hambre.
Debo ser muy sensible al siguiente error, porque me asalta cada dos por tres:
*Le dije a las chicas que trajeran los libros que estaban leyendo.
En lugar de:
Les dije a las chicas que trajeran los libros que estaban leyendo.
Para no extenderme, te remito a este les.
Y, por último:
*La multitud de personas atravesaron el campo de parte a parte.
Multitud, como muchedumbre, mayoría o manada, alude a un gran número. El núcleo de esta oración, es decir, la yema del huevo es la multitud.
La frase que acompaña es preposicional y está en plural: de personas.
Pero esa yema está en singular, luego lo correcto es que el verbo también lo esté:
La multitud de personas atravesó el campo de parte a parte.
La mayoría no está de acuerdo con la elección.
Se alzó una voz en medio de aquella muchedumbre que callaba.
La manada de lobos aulló durante toda la noche.
Falta de congruencia
Detectar incongruencias en un texto exige tomarlo en su conjunto y ver si cierta afirmación se desdice más adelante (sin razones); ver, por ejemplo, si algo que transcurre por la mañana se rubrica a mediodía… cenando; o si tal personaje es delgado en un capítulo y, sin venir a cuento, se le pone a dieta dos más allá.
La falta de congruencia afecta también al tono general y a las palabras escogidas. Términos inusuales o rebuscados serían impropios de una novela juvenil. Y lo sería narrar una de capa y espada ambientada en el XVIII español con terminología de hoy, salvo que obedezca a una intención clara.
Anacolutos dentro de lo que significa corregir el estilo
Quizá el término más extraño es este último, que viene a ser como salirse por la tangente en medio de la frase.
*Yo de ti, que si no te va bien, no vayas.
*Mi amiga, sus padres viven en Salamanca.
*Mis gatas, les gusta el jamón más que a mí.
*Hay un artilugio que no vuelves a tener dolor de cabeza en la vida.

Corregir el estilo significa ir tirando de calibre de principio a fin.
¿Qué significa una corrección de estilo aquí? Enderezaríamos las frases así, por ejemplo:
Yo, en tu lugar, no iría si no te va bien.
Los padres de mi amiga viven en Salamanca.
A mis gatas les gusta el jamón más que a mí.
Hay un artilugio que te quita el dolor de cabeza de por vida.
Otra cosa distinta es intervenir en el estilo del autor
Dentro de lo que significa corregir el estilo, a veces, el autor demanda intervención extra. Quizá no sabe especificar qué necesita, pero sí que mi texto funcione; que no solo lo mejores, sino que brille con todo el esplendor posible. En tal caso, puede que sea necesario coger más pico y más pala y liarse con:
- Obviedades.
- Divagaciones.
- Falta de ingenio.
- Argumentos sin cerrar.
- Mala redacción general.
- Recursos manidos, tópicos.
- Metáforas poco afortunadas.
- Comparaciones que no funcionan o no son efectivas.
Si juntamos todos estos inconvenientes en un texto, es posible que se necesite una reescritura parcial o incluso completa. Es señal de que el autor no ha releído su trabajo ni puesto la prudencial distancia para abordar corrección y reescritura antes de encomendarlo al pulido externo.
Propina
No siempre el corrector de estilo consentirá en adentrarse en esas aguas: dependerá de su perfil y del tipo de servicios que ofrece. Editar y escribir son dos artes que no suelen darse al unísono. No dejes de echar un ojo a este artículo de la Unión de correctores (Unico).
1 Aunque la expresión lapso de tiempo es redundante en sí misma (lapso y tiempo tienen igual significado) está admitida por ser de uso frecuente.
2 Sucede igual con un, algún o ningún: nunca diré que de un agua turbia no beberé por mucho que me repulse; dime si queda algún agua en la botella; ningún agua es lo bastante pura hoy día.
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Hola Marian,
Muy interesante el artículo, no sabía cómo denominar a los anacolutos que encuentro en los libros que corrijo, ya me has dado una palabreja para justificar lo que no sabía denominar correctamente 😀
Sobre el último caso que mencionas de la concordancia, yo corregía como tú hasta que leí el libro de «las 5oo dudas más frecuentes del español» y aprendí que era un caso de doble concordancia y que ambos modos (verbo concordando con Sj o con CD) son correctos. Ahora lo que hago es que apunto como lo usa el autor en la mayoría de los casos y homogeinizo en esa dirección, porque lo que sí que no me parece correcto es que cada vez esté de una manera.
¡Un abrazo!
Hola, Anael: por un lado, feliz anacoluto que queda al descubierto; y por otro, tienes razón en lo que dices: las dobles concordancias se dan y cada uno las utiliza como mejor le suenan; de hecho, en otro artículo que escribía hoy he optado por concordar ‘ad sensum’, pero en este… Digamos que quise escoger la fórmula menos frecuente. Ojalá a todo el que lo haya leído se le haya suscitado la misma intriga o deseo de querer ahondar. ¡Me encanta! ;D
¡Otro abrazo de vuelta!
Hola! Me gustó mucho el articulo. Es muy claro. Me resultó muy útil en este momento ya que tengo que empezar el proceso de reescritura de una novela. El editor ya la corrigió pero había algunos puntos que aún me resultaban oscuros y ahora, gracias a este post los veo más claros. Graciad
Pues qué bien, Alicia. No sé si se le puede pedir más a un artículo, ¿verdad? Si te ha ayudado, me doy por muy satisfecha. Y ¡enhorabuena por esa novela! Un abrazo literario.
Una de las cosas que más me cuestan es corregir, pues siempre quedo con la sensación de que no he ahondado suficiente en el texto, gracias a este artículo tan bien explicado, como que veo un poco más claro cómo echar mano a un texto.
Corregir es un trabajo exigente, pero vale la pena: un texto sin corregir de quien primero habla mal es de quien lo ha escrito. Lo siguiente es que el lector se siente estafado. Si a partir de este artículo ves más y mejor, mi objetivo queda cubierto.
¡Abrazote!
Hola Marian, He leído con fruición tu artículo. Me ha gustado y servido. Gracias, eres muy generosa con tus conocimientos, saludos cordiales, paloma
Pues es genial, Paloma. Genial que te haya gustado y genial que te haya servido. Me quedo muy satisfecha.
Gracias por tu aprecio.
Un abrazo literario.
El estilo es lo que te define y te identifica , buen post ! un saludo
Así es; y emerge cuando te has cargado todo lo que le daña.
Saludos, Edgar.