¿Te lo has planteado? ¿Te has planteado para qué necesitas una marca personal? Hoy día parece casi un imperativo categórico, como el kantiano, ese de actúa de modo que fuera bueno para todos. Que Kant me perdone el destrozo. Solo me propongo ver si entre la necesidad de una marca personal y lo de bueno para todos hay conexión.
A la búsqueda Al encuentro de lo que ya tienes
Tú y yo —y todos— tenemos una marca personal, luego no es algo que debas afanarte en buscar. Pregunta a tus amigos: te señalarán tu modo de pensar, de actuar, de relacionarte, de comunicarte.
Y si tienes todo eso que describo, no necesitas buscar más: esa es tu marca.
Parafraseando a Cortázar, la teníamos sin saber que la teníamos y que no buscábamos pero andábamos para encontrarla. Que me perdone Cortázar también por el apaño.
… aunque rechazas el concepto
Pues… mala suerte, amiga mía, amigo mío, porque es como rechazar la propia sombra. Salvo que te plantees vivir como Robinson Crusoe, vas a dejar algún tipo de huella en los demás. Un impacto; tanto si es solo privado como si es público.

He ahí una marca: un modo de ser y un modo de estar. Leve, sí, y no es personal propiamente dicho, pero sirve.
Ahora bien, llegaremos a ello, porque ahí está la diferencia: entre lo privado y lo público; desde ahí respondes a la pregunta de para qué necesitas una marca personal.
Marketing personal, ¿a favor o en contra?
Esto del marketing ligado a la marca personal parece también otro imperativo mayúsculo. Y me da en la nariz que todo eso de la autopromoción tampoco va contigo: redes sociales, interacción, búsqueda ansiosa de seguidores… Un horror. Cosa de adolescentes y gente ociosa.
Marketing, ¿para qué? ¿Para qué necesitas una marca personal si, de todos modos, ya la tienes, verdad?
Invertir en ti
Otro concepto ligado a la marca personal: invertir en ti. Como si cada acción enfocada en la supervivencia no fuera ya una inversión con un gran foco sobre tu cabeza. Cualquier trabajo está en el centro de la vida con ese fin.
Pero si piensas que marca personal y trabajo tienen algo que ver, ya te anticipo que no. Seguirás invirtiendo en ti de todos modos, tengas o no trabajo. Te buscarás la vida. Y si tu respuesta a mi pregunta de para qué necesitas una marca personal es para conseguir trabajo, ya te digo que te equivocas.
El trabajo, y más hoy día, va y viene. En cambio tú, sigues siendo el/la de siempre. Con pequeñas alteraciones, cambios más o menos perceptibles, pero con ese tronco que eres tú; tu ADN, intacto.
Marca personal: ¿cosa de charlatanes y gente famosa?
Ciertas voces dicen que si no eres emprendedor, eres un fraude para ti mismo, una decepción. Hay que levantarse tras cada caída con una sonrisa en los labios, quitarse lastre, volver a la arena. Perseverar. Triunfar. Es el eslogan.

Este es mi territorio y esta es mi marca. ¿Algo que objetar?
¿A cualquier precio? En realidad, triunfo es levantarse sin ceder a la pereza, a la autocomplacencia o a la decepción. Porque hay que decirlo: el fracaso solo es estable si lo estabilizas tú. Fracaso es decepcionarte a ti mismo. Ni más ni menos.
Quizá vinculas el eco de la marca personal a charlatanería y famosos; no va contigo. Entonces vamos de vuelta al título: ¿para qué necesitas una marca personal que merezca tal énfasis?
La consolidación de quien eres
Si algo persigue el para qué de una marca personal es abundar en quien ya eres: en cómo piensas, cómo actúas, qué quieres comunicar. Sacudirte telarañas, descartar lo que no te ayuda y rescatar lo que te suma. Aunar capacidades y talentos. Ofrecerlos al mundo. Es más: ofrecerte tú al mundo; es decir, hacer de tu vertiente social el leitmotiv de un trabajo en el que el principal valor eres tú.
El empeño se las trae. Resulta que cuando quieres hacer valor de ciertos aspectos tuyos, tus prejuicios se oponen, tus ideas preconcebidas te la juegan. Hay días en que querrías cambiar el mundo y serías capaz de hacerlo. Otros, en cambio… ¿A quién le importa tu movida?
Y esa es la tarea: un objetivo ligado de manera indisoluble a ti. A menudo, en tu contra.
Tu objetivo, tú misma, tú mismo
Tener un objetivo social, abierto, responde a la pregunta de para qué una marca personal. Eso que se entiende por marca personal —más allá del eco de ser quien eres— requiere una intervención decidida.
Si para saber quién eres tienes que asumir un coste, para hacerte un lugar en el mercado, igual. O vas o no vas. No puedes 'medioir'. Trabajar la marca personal te pone sobre la pista. Share on XAcaso exige, vivir un poco más peligrosamente, asumir riesgos, aventurarse, salir de la zona de confort.

A veces el triunfo se presenta como un espejismo; hay que seguir picando piedra y no dormirse en los laureles.
Para saber quién eres, necesitas colocarte en un punto distinto, estar abierto a que te digan, ser flexible… Para que tu veta profesional tenga un distintivo personal, también.
Para qué necesitas una marca personal
La respuesta es que la necesitas cuando persigues la excelencia profesional.
Y espera, que te veo venir: ¿significa esto que si trabajas en una marca o compañía ajena no puedes ser excelente?
En absoluto.
Pero hay una diferencia entre poner a disposición de otro tu fuerza de trabajo o ponerte tú, brindarte tú. Con tus habilidades, talentos y lo que tienes para ofrecer.
En un trabajo por cuenta ajena, pones un determinado porcentaje de ti: un 20, un 30 %; el resto lo reservas para tu vida privada. Por tanto, tu opción en lo que respecta al trabajo es ser excelente en ese porcentaje.
Sin embargo, si actúas por cuenta propia, te pones tú al 100 %. Como eres, con todo tu equipaje. Haces lo que está en tu mano para mejorarte tú y mejorar lo que ofreces; buscas ser auténtico, distinto, la mejor versión posible de ti. Tu vida personal y tu vida profesional quedan interconectadas hasta tal punto que lo que pasa en la una afecta a la otra de forma inmediata.
La búsqueda del equilibrio entre ambas es otro desafío.

Lo personal y lo profesional mirando a ver cómo se compaginan sin hacerse pupas.
Si quieres saber para qué necesitas una marca personal, pregúntate solo una cosa: ¿qué quieres comunicar que sea bueno para ti y bueno para todos? Y actúa desde ahí.
Propina 1
De todo lo anterior se deduce esto: el trabajo que haces para ofrecer lo mejor a tus clientes es el trabajo que haces para ofrecer lo mejor de ti al mundo. Y conste que lo de vivir peligrosamente no es broma: ver en qué patinas y qué debes mejorar te pone contra las cuerdas. Es, a menudo, algo que rechazas de ti (esa parte tuya fantasmilla…).
Propina 2
¿Te has propuesto alguna vez mejorar algo que no te hace favor? Difícil, ¿eh? La cantidad de obstáculos solo dentro de tu cabeza es tremenda. Así que construir una marca personal te lleva a darte cuenta, a descubrirte y a intervenir en ti.
Mira, toma frase: «Nadie puede llevar una cara para sí y otra para la multitud sin quedar al final perplejo de cuál es la verdadera». No es exacta, pero algo parecido dijo Nathaniel Hawthorne, el autor de La letra escarlata.
¿Aún te sigues preguntando para qué necesitas una marca personal?
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¡Hola, Marian!
Qué reflexión tan interesante. Lo difícil de la marca personal es que hay que conocerse y trabajar en uno mismo para dar lo mejor a los demás.
Muy buen artículo, muchas gracias.
¡Un abrazo!
¡Hola, Anael!
¿Te gustó? Me das una alegría. Es como dices: la marca personal es muy exigente… con uno mismo.
Gracias por tus palabras.
¡Otro abrazo para ti!