Seguro que alguna vez lo has pensado: el subjuntivo es el tiempo de la Navidad. Y vengo a darte razones que ojalá te cuadren.
Que ojalá veas y ojalá constates.
El subjuntivo: ese tiempo incierto, esa tierra de nadie que nos aleja de posibilidades. Clic para tuitear«Vaya, Marian, podías haber empezado diciendo que el subjuntivo es el tiempo del ojalá». Que escribas: también ese subjuntivo; sobre todo, ese.

Bodegón navideño: junto a los arbolitos, las velas del ‘ojalá’, que es como decir las velas del subjuntivo.
De un modo u otro: estamos en tiempo de Navidad y estamos a soñar, a desear, planificar.
El subjuntivo es presente y es futuro
Te cuadren, veas, constates, escribas son formas conjugadas en un presente casi inmediato.
Cuando digo que es el tiempo de la Navidad y del ojalá, aún tendría que añadir otra filiación: es el tiempo de los deseos conjurados aquí y ahora…
Ojalá te toque la lotería.
Deseo que tengas un año increíble, aunque también que no esperes todo de él y pongas algo de tu parte.
Espero que se cumplan todos tus proyectos.
Y es un tiempo de futuro:
Que te vaya bien.
También ellas esperan que te pongas buena pronto.
Sé que si con algo sueñas, es con que las musas hagan su parte, que ya les vale.
Quiero que nos veamos en enero, ya que diciembre no se dejó. Y que nos encontremos en 2021, ya que 2020 nos dejó una sola puerta y bien estrecha.
El subjuntivo es un tiempo relativo, sea o no Navidad
Resulta que hay tiempos absolutos y tiempos relativos. Y no hablamos de filosofía ni de física, sino de tiempos gramaticales.
Pero deja que traiga a Einstein por un momento. El genial Nobel de Física fue el primero al que se le ocurrió decir tiempo relativo. Y lo dijo porque ¿cómo medir lo que no está presente?, ¿cómo ajustar los márgenes a lo que está por venir, al espacio remoto? Difícil.

Difícil medir ese porvenir al que se dirige, tan confiada, por las vías del subjuntivo.
En cambio, el tiempo absoluto no necesita mayores explicaciones, de manera que el relativo se expresa con relación a él. Ese referente al que alude es el tiempo presente. El subjuntivo es, por tanto, un tiempo proyectado, una flecha lanzada hacia el futuro, una carta que no ha llegado todavía. Es un tiempo dependiente de otros factores sobre los que no tiene poder de intervenir.
Abro un inciso para un tiempo que no es subjuntivo
Viene de camino el tiempo en que escribirás tu deseografía: un tiempo que no es subjuntivo sino futuro; un tiempo que empieza en tu presente actual y que se conjuga con lo que los griegos llamaron areté o arte de vivir. Tiene que ver con salir del letargo de la vida insulsa, con abandonar las excusas y la queja. Con salirse del estándar.

La deseografía es una celebración. Y empieza en una playa cualquiera… y aparcando el subjuntivo.
La deseografía invita a darle a la vida una orientación nueva a partir de lo vivido. Ten en cuenta que el futuro no llega de repente, sino que los frutos se preparan, en buena medida, con lo que se hace antes. Y que antes es hoy.
Areté es vivir dándose cuenta y deseografía, también; vivir asumiéndose y asumiendo el compromiso de superar lo que no se quiere antes de quedar atrapado en ello.
¡Y el curso empieza en enero! Ojalá te apuntes, ojalá escribas tu deseografía.
Subjuntivo es también el tiempo de las dudas
Subjuntivo es el tiempo que sigue al quizá-quizás, a la forma puede que. Tiempo de conjeturas que no ofrece testigos todavía. Me resultan fascinantes las predicciones que hacemos a partir de experiencias e indicios.
Quizá nieve, aunque es improbable que baje hasta la calle.
Es fácil que diga de llover, que esas nubes no anuncian otra cosa.
Tal vez viaje a verte; alguna vez debería ser posible, ¿no?
No sé… Puede que vaya, pero no estoy segura.
Ay, si estuviera segura de que me dirías que sí…
Subjuntivo: el tiempo de la Navidad y el de las probabilidades
Cada vez que empiezas con un es probable o es posible, pones un que a continuación. También ese puede que se cuela aquí y lo que le sigue es un verbo en subjuntivo:
Es probable que nos veamos en 2020.
Es posible que reciclemos mucho más de lo que lo hacemos ahora.
Puede que nos juntemos cada poco para grabarnos vídeos o hacer podcasts.
Lo previsible es que se rompa si no te lo tomas en serio.
Si lo cuidas, es fácil que este año venga lleno de oportunidades increíbles.
Subjuntivo es el tiempo de ciertas órdenes
Estas que siguen no son órdenes formuladas de manera directa —no son un ¡ven aquí! o un ¡hagamos esto!—, pero conllevan implícito un mandato de cumplimiento:
Como no hagamos eso que dijimos, nuestra palabra será agua mojada.
Dicen los colegas que como no seas puntual, más vale que no vengas.
Que lo hagas; si te das prisa, lo tendrás para la fecha prevista.
Que vuelvas aquí cuando lo hayas resuelto y, sobre todo, cuando hayas hecho lo que prometías.
También son órdenes en forma directa en este tipo de frases:
Dígale usted que se presente a la de tres o que se vuelva.
Es mejor que se lo exprese, que es tiempo de Navidad y de buen rollo.
Subjuntivos: tiempos de Navidad mal utilizados
En corto: el indicativo habla de realidades y el subjuntivo de irrealidades. Y real es lo que podemos consensuar o constatar, y lo irreal, el mundo de lo hipotético e incierto. Los verbos de lo real, los del indicativo, aseguran. Los verbos de lo irreal suponen, vaticinan, elucubran.

Si todo saliera como deseamos, tú y yo podríamos… ¿Verdad?
No digas, entonces:
*Quizá viene a esperarte a la estación.
*Ojalá te dice algo pronto y podéis celebrarla juntos.
Y di, en cambio:
Quizá venga a esperarte a la estación.
Ojalá te diga algo pronto y podáis celebrarla juntos.
Y este tipo de formas que se ven —tristemente— en prensa y que están tan mal apañadas. Según determina el Manual del español urgente, las formas fuera, pidieran y dijera de los ejemplos siguientes no equivalen a estos otros verbos: fue, pidieron y dijo; tal como se emplea (mal) en estos ejemplos:
*El que fuera presidente de la comunidad obtuvo una mención de honor por su desempeño.
*Los países que pidieran rescate al Banco Central Europeo no han visto resuelta su viabilidad ni siquiera este año.
*La ministra que dijera aquellas palabras tan soeces ha recibido multitud de críticas.
Lo suyo es:
El que fue presidente de la comunidad obtuvo una mención de honor por su desempeño.
Los países que pidieron rescate al Banco Central Europeo no han visto resuelta su viabilidad ni siquiera este año.
La ministra que dijo aquellas palabras tan soeces ha recibido multitud de críticas.
Subjuntivos menos utilizados, dentro y fuera de la Navidad
A veces la conjetura está referida a un tiempo pasado. Hablamos del Pretérito Imperfecto de Subjuntivo, que es como decir: tiempo pasado referido a una acción que quedó sin cerrar.
Si Papá Noel no llega a tiempo, puede que el subjuntivo tenga algo que ver.
Puede que Papá Noel no llegara el día previsto y se retrasara.
Es más frecuente que digamos:
Igual Papá Noel no llegó el día previsto y se retrasó.
Y está bien, pero es más coloquial. No hace daño aprender registros más formales, sobre todo ahora que estrenamos un año tan elegante. ¡Eh! No habrá otro 2020…
Esta medida que sigue no está bien si hablamos de algo que ya pasó:
*Una solución sería enviar las cartas a principios de mes.
Porque sería contiene una posibilidad futura y puesto que el principio del mes ya no existe…, poco futuro encontraremos ahí.
Una solución hubiera (o habría 1) sido enviar las cartas a principios de mes.
El subjuntivo, un tiempo fuera de la Navidad… y del resto del año
Son subjuntivos de cuya elegancia nadie duda (y qué bueno es ser elegante en ocasiones), aunque ya nadie diga amare ni hubiere deseado. Lo dijimos, pero a partir del siglo XVIII la costumbre fue yendo a menos. Hoy día, apenas nos queda alguna huella en el refranero:
Adonde fueres, haz lo que vieres.
Se trata de una acción que podrá o no llevarse a cabo en un futuro y que remite a otro futuro posterior. En el habla común, en cambio, diríamos:
Adonde vayas, haz lo que veas.
Perdura en documentos legislativos o administrativos que no renuncian a la cosa solemne:
Las leyes no tendrán efecto retroactivo si no dispusieren lo contrario.
Si el documento se presentare…
El que matare al rey…
Adaptado al lenguaje actual:
Las leyes no tendrán efecto retroactivo si no se dispone lo contrario.
Si el documento se presenta…
El que mate al rey…
¡Ojo!, que, si te fijas, no expresan lo mismo. Estos segundos casos han perdido el matiz de futuro y de improbabilidad que contiene dispusieren, se presentare o matare. Nada que ver.
Aparte estamos quienes, aun cuando nos tachen de redichos y pedantes, cedemos a su embrujo. Solo a veces, como hoy, que estamos ya en Navidad:
Sea como fuere y vinieras de donde vinieres, será un placer leerte en los comentarios.
1 Habría no es subjuntivo, sino un modo condicional de indicativo.
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