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Escribes, cada vez más, y alguna vez te toca redactar un texto profesional; o más o menos profesional. A veces tienes que dirigirte a una asociación, glosar un evento o componer un artículo sobre tal o cual tema. Puede que abordes un trabajo de fin de máster, de grado… Quizá escribes artículos en un blog, aunque este no se refiere a ellos: escribir en Internet tiene sus propias exigencias.

Alguna vez te toca escribir y debes hacerlo de forma clara y breve. Clara, para hacerte entender; breve, para que te lean. Aunque la brevedad busca no tanto el texto corto como el texto justo y necesario para decir lo que hay que decir. Clic para tuitear

Y es que ni todo en la vida son wasaps ni solo de wasaps vive el hombre; ni la mujer, que si no escribe más, al menos sí lee más. A pesar de que el autor del ejemplo que refiero al final tuviera una opinión devaluada de ella.

Qué implica redactar un texto profesional

Tienes que argumentar y fundamentar basándote en ideas previas. Empiezas investigando, claro está, porque la rueda se inventó una vez y… te conviene saberlo.

Redactar un texto profesional

Investigar, por supuesto: para conocer lo que otros dijeron antes sobre eso mismo que ahora te ocupa a ti.

Investigar es leer con el fin de descubrir, sea que te enfrentes a un trabajo tutelado (tesis, TFM, TFG) o, motu proprio, a un ensayo de mayor o menor envergadura. Investigar consiste en atrapar la liebre temática para ir desplegando y ofreciendo argumentos sin perderla de vista.

Luego, ya sabes, por partes: introducción, apartados, subapartados (capítulos y subcapítulos si es de corte académico) y conclusiones.

Redactar un texto profesional exige abordarlo con las ideas claras y pertinentes, presentarlas de forma sencilla y relacionarlas entre sí.

Exposición clara

Ve al grano. Dilo limpiamente. Olvida circunloquios y formas altisonantes y cíñete al estilo neutro. Sé preciso.

Si no tienes claras las ideas, si no sabes adónde vas y dónde ir haciendo paradas, vuelve sobre tus pasos. Profundiza en tus lecturas y toma notas que puedas organizar en un momento posterior.

Redactar un texto profesional

Símil de una idea clara: en lo que ves no hay lugar para la equivocidad, ¿verdad? Pues trata de que tu texto resulte igual de claro.

Asegura las fuentes: qué está sacado de qué lugar, cómo contribuye a tu exposición, cómo vas imbricando cada idea para que conduzca a la conclusión que pretendes. Si citas texto ajeno, decláralo; si solo tomas ideas, cuida de hacerlas propias y que formen un todo vivo, dinámico, personal. Habrás oído hablar del plagio. Copiar de forma textual y sin citar la fuente tiene ese nombre feo o, cuando menos, lo es su significado. Redactar un texto profesional es, ante todo, ser muy escrupuloso con ello.

Ideas y conceptos pertinentes

Cada idea expresada y cada concepto deben ajustarse al tema. Antes de este tuyo, hay otros muchos trabajos que son del dominio de un público especializado (o familiarizado con él) y ahí llegas tú con una serie de pensamientos, definiciones y explicaciones que asentarás sobre lo previo. Si lo que aportas es bueno o no, solo lo dirá tu trabajo. Pero debes ir estableciendo conexiones entre aquello anterior y lo nuevo que propones.

Prepara una exposición de peso atendiendo a los factores que señalo, de manera que influyas en quien te lea; es decir, descorre un velo a tu lector, hazle que vea más de lo que veía hasta ese momento.

No creas que redactar textos profesionales es opuesto a la narrativa. El texto profesional te dota de un estilo matriz. Es la base para aprender a narrar de forma literaria. Clic para tuitear

Al redactar un texto profesional, haz que ofrezca lo que promete.

Sencillez en el modo de presentar las ideas

Un trabajo profesional no es un conjunto de frases sueltas, puestas unas junto a otras como militares en un desfile. Tampoco es una novela.

Redactar un texto profesional

En un texto profesional, como en cualquier otro que pretenda una unidad, cada aspecto debe estar relacionado con el conjunto.

Vigila que las frases alternen su longitud y que sean netas, sin alambiques. Si dudas entre dos términos equivalentes (¡ojo con las equivalencias, tan aparentes como resbaladizas!), escoge el más sencillo (¡y sencillo no es simple!, sino carente de artificio).

Sencillo es, además, conciso. Para que tu texto lo sea, dispón de vocabulario, utiliza sinónimos, cíñete al contexto. Si bien tu lenguaje es tuyo, está condicionado por:

  • la información que manejes;
  • el modo en que te comunicas;
  • tu grado de exigencia.

Deja los barroquismos, si acaso, para ciertos ejercicios de estilo. No vayas a redactar un texto profesional ornamentándolo como si fuera un árbol de Navidad.

Tú lo tienes claro, luego exponlo de manera accesible.

Cohesión interna

En un texto bien armado cada parte aporta algo específico y diferenciado que no pierde de vista el eje. Y el eje es el tema, el hilo conductor que relaciona cada parte con el conjunto (coherencia). Se va desvelando capítulo a capítulo, apartado a apartado.

Pero lo externo exige una conexión interna, un deslizarse ideas y conceptos, de modo que al redactar un texto profesional facilites su recorrido al lector.

Redactar un texto profesional

Conectan una frase con otra, un párrafo con otro, favoreciendo su cohesión.

Aquí tienes una muestra de palabras o expresiones que actúan como pegamentos entre frases y párrafos. Reciben el nombre técnico de conectores discursivos:

  • En primer lugar
  • Además
  • En segundo lugar
  • De acuerdo con
  • Vale la pena señalar
  • Una de las razones que
  • Pero
  • Aunque
  • A pesar de que
  • No obstante
  • Sin embargo
  • Por lo que
  • De manera que
  • Teniendo en cuenta que
  • Habida cuenta de que
  • Tal como afirma Fulano de Tal
  • En otras palabras
  • Es decir
  • Evidentemente
  • De modo que
  • De ahí que
  • Por consiguiente
  • Es la razón de que
  • Desde mi punto de vista
  • En conclusión

Tienen, además, otra función importante: atraen la atención de quien lee.

Por cierto, siempre que proceda, al redactar un texto profesional, aplica la regla de la objetividad: tesis, antítesis, síntesis, la tríada de cualquier dialéctica que se precie.

Ortografía y sintaxis

Parece que toda insistencia es poca: si a la hora de redactar un texto no escribes respetando la norma, la resultante no será clara. Si no cuidas la forma en que tus palabras mejor se relacionan entre sí, tampoco será claro: tendrás un texto cortocircuitado, incómodo de leer, sin gancho.

Redactar un texto profesional

Más claro, agua; y las negritas, resaltando lo que hay que resaltar.

Otra cosa es que un sabio manejo del idioma te capacite para introducir usos y fórmulas más novedosos. Pero eso es nivel experto. Si no lo eres, más te valdrá conducirte por los caminos señalados.

Para muestra, un botón

Juguemos a que te propones redactar un texto profesional para demostrar el peso de la concepción androcentrista en el tratamiento de la mujer.

Por dónde empezar

Siempre por el principio: las fuentes. Fuentes, saltos y cascadas nacen en lo alto de la montaña. Valga la metáfora para decir: rastrea, en este caso, eruditos, moralistas y gente influyente que otros tomaron después como guías.

Podrías redactar un texto profesional con un preámbulo como el que sigue. Este trabajo tiene como eje la palabra en el tratamiento secular a la mujer, luego se anuncia desde la primera línea, desde el primer párrafo:

Introducción

Los hombres de leyes se han caracterizado siempre por un lenguaje preciso. En este trabajo, nos proponemos estudiar el papel que dichos autores han otorgado a la mujer y que ha servido de guía a magistrados, abogados o estudiantes de derecho. Sus obras, publicadas en el siglo XVIII, comienzan con una reveladora definición: «Persona es el hombre considerado en su estado» describe el jurista español Jordán de Asso 1. (Cita a pie de página tu fuente, como hago yo).

El autor pasa, a renglón seguido 2, a definir estado: «Condición o manera en que los hombres están». Habida cuenta de que 3 hay muchos modos de estar y de que estado requiere matices, Jordán de Asso refiere dos: natural y civil; un primero que «hace a los nacidos varones o hembras», y que remata aproximadamente en estos términos: a un mayor grado de prudencia de los varones, nace la mejor condición de estos en muchas cosas. Argumenta el dato en el hecho de que la mujer, por su naturaleza física, es más débil.

Nuevos argumentos

Por otra parte, y según el estado civil, las personas se clasifican en solteras, casadas o separadas. En este sentido 5, la Academia hizo suya la descripción de Covarrubias 6 (siglo XVII) que define orden de la siguiente manera: «En la república hay diversos estados, unos seglares y otros eclesiásticos… Cada uno en su estado y modo de vivir, tiene orden y límite. (2) Orden, es decir, posición, lugar previamente determinado, y también mandato, regla, concierto…».

Límite resulta ser la linde de las posesiones, la barrera.

De acuerdo con 4 estas concepciones, ser mujer implica ser persona, aunque determinada por dos extremos: orden y límite.

 

Así vas añadiendo las aportaciones de otros autores y sus argumentos hasta terminar de centrar el tema y condensarlo en esa introducción. Seguiremos escudriñando la redacción de textos en futuras entradas. Si el caso es que no necesitas redactar un texto complejo sino una sencilla queja, te dejo pistas en este enlace.

 

Y ahora, dime: ¿qué te resulta más costoso a ti a la hora de redactar un texto profesional? ¿Y lo más fácil?

Saber que estás ahí y que podemos crear una interacción me hace feliz.

 


1 Jordán de Asso, Instituciones del derecho civil de Castilla, Madrid, 1792, lib. 1, tít. 1, p. 1.

2 Te remito al apartado de la cohesión interna: revisa los grupos de palabras que sirven para unir frases, oraciones, párrafos…

3, 4, 5 Ídem.

6 Diego de Covarrubias, Tesoro de la Lengua castellana o española, Madrid, 1611.

 

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