Cuidado con el ‘pero’, sí, has leído bien. Puede hacer tanto daño como ese de doble erre que, si te descuidas, muerde (hablar por no callar, que los adoro).

Este tiene bastante menos peligro que el ‘pero’ del que hablo.
La RAE, entre otras de sus acepciones, trae esta que me interesa y que copio aquí por si no quieres ir al enlace:
pero3
Del lat. per hoc ‘por esto’.
- conj. advers. U. para contraponer a un concepto otro diverso o ampliativo del anterior. El dinero hace ricas a las personas, pero no dichosas. La injurié, pero ella primero me había injuriado a mí.
- conj. advers. U. a principio de cláusula sin referirse a otra anterior, para dar énfasis o fuerza de expresión a lo que se dice. Pero ¿dónde vas a meter tantos libros? Pero ¡qué hermosa noche!
- conj. advers. desus. sino (‖ para contraponer un concepto afirmativo a otro negativo).
- m. coloq. Defecto u objeción. Este cuadro no tiene pero. Es tan poco amigo de hacer favores, que nunca deja de poner algún pero a todo lo que se le pide.
Habla de oposición, de traba, de obstrucción. No siempre, cierto. En esta entrada me refiero a cuando sí.
‘Pero’ es una conjunción adversativa
Una conjunción es una partícula que vincula dos elementos en una frase o en una oración; a veces vincula dos expresiones; otras, dos sustantivos, dos adjetivos, sustantivo y adjetivo, dos complementos. Como dice la propia palabra ‘conjunta’, ‘junta con’.

Dos elementos iguales… adversativos.
Es negro pero menos.
En la mesa, sí, pero en la grande.
También se llama José, pero José Sáenz.
Une lo que hay antes de ella con lo que hay a continuación.
Adversativa significa con valor contrario, opuesto. A una expresión le sigue otra que se le opone. Si a ‘pero’ le diéramos atributo de persona, diríamos que es alguien que viene con una queja y que la expresa en cuanto otra persona acaba de decir lo suyo.
Dicha partícula relaciona dos frases:
Dijiste esto, pero ella entendió lo otro.
Viene a ser: lo que dijiste tuvo un efecto regular. Tú querías ser comprendido de otra manera y te tuviste que fastidiar porque ella entendió lo que entendió.
Y en este caso:
A mí me gustó tu propuesta, pero vi algunos errores que la deslucían.
Me gustó, sí. No me enamoró. Y no lo hizo porque tenía errores que me sacaban del embrujo que pretendías.
Ambos ‘peros’ restan, quitan brillo o contundencia a lo del principio (‘dijiste esto’ y ‘a mí me gustó’).
Cuidado con el ‘pero’; a veces es mejor ‘aunque’
La expresión del ejemplo anterior está formada por dos proposiciones, dos partes.
Me gustó tu propuesta, pero vi algunos errores que la deslucían.
- Me gustó tu propuesta
- Vi algunos errores que la deslucían
Ambas se relacionan por el ‘pero’.
¿Y qué pasa si en lugar de ‘pero’ digo ‘aunque’?
Me gustó tu propuesta, aunque vi algunos errores que la deslucían.
Lo que ocurre es que el sentido, el contenido, eso que quiero decir, resulta más dulce, menos cortante.
'Pero' y 'aunque' no son equiparables. 'Pero' coordina dos oraciones y 'aunque' las subordina. 'Pero' es más cortante y 'aunque', más amable. Clic para tuitear
Luce hermosa, aunque la hayan cortado.
Imagina que digo:
Luce hermosa, pero la han cortado.
¡A que cambia!
Además hay una diferencia de forma en la sintaxis, en el modo de relacionarse los elementos de la frase: con el aunque se mantiene ese aire simpático de la primera; lo matiza la segunda y queda gobernada por aquella en relación de dependencia. La construcción con ‘pero’ construye dos bloques independientes.
Aunque es una conjunción concesiva. Concede. Es como decir que tiene más piedad. Así que cuando vayas a poner un ‘pero’, piensa si es justo lo que quieres poner. A veces será y otras, puede que prefieras ‘aunque’.

‘Aunque’ es más amable.
La coma, antes y por delante de ‘pero’
Se escribe coma para denotar que ambas partes de una oración se relacionan, pero por oposición (como en este mismo caso). Si te fijas en ese ejemplo y en estos que siguen, lo verás claro:
Dirá lo que quiera, pero me cuesta mucho estar de acuerdo con eso.
Me gustaría ir, pero siempre y cuando se respeten las fechas comprometidas.
Tampoco va coma cuando a ‘pero’ le sigue un signo interrogativo o exclamativo:
Pero ¿tú sabes por qué lo dijo?
Pero ¡si no había nadie en la sala de espera!
De hecho, eliminas los signos de interrogación y de exclamación y ves perfectamente que la coma no tendría ningún sentido. ¡Porque no existen más pausas respiratorias que las que necesite el lector!
Si fuera así, si el uso de las comas dependiera de las pausas respiratorias, a los académicos no quedaría otra que hacer un examen entre la población; tendrían que evaluar cómo respira cada uno y ajustar distintas ediciones de un mismo texto en función de los resultados médicos.
El uso de la coma obedece a criterios sintácticos, es decir, a cómo se estructuran oraciones y frases. Nada tiene que ver ni con el estilo personal ni con otro tipo de veleidades; ni con las veces que uno toma y expulsa el aire cuando lee.
Una excepción a la coma antes de pero
Siempre hay alguna, ¿no es cierto?
Pondrás una coma después de pero solo en el caso de que siga una acotación, es decir, un elemento que debe ir entre comas:
Es muy cordial conmigo, pero, si no es indiscreción, prefiero no aceptar su ofrecimiento.
No tengo ganas de ir, pero, teniendo en cuenta la gravedad de la circunstancia, lo haré.
Propina 1
En cambio, no tengas empacho en utilizar pero que muy.
Dice la RAE:
- U. (Utilízase) ante adjetivos y adverbios para darles mayor relieve. Toca el clarinete pero que muy bien.
Propina 2
Va de poner atención en lo que decimos, y más cuando escribimos. Las oportunidades de matizar o paliarlo con lenguaje corporal son sensiblemente menores al escribir. Y aquí póngame usted una sonrisa y un guiño.
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Me interesa pero mucho.
Ja, ja, ja. Pues nada, a darle al ‘pero’; pero mucho mucho.
¡Saludos!