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Hablamos de 5 ideas para escribir con fundamento, cinco más. Y, tal como veníamos diciendo: tienes que partir de algo. Y ese algo era una idea, un deseo de opinar, una postura. Y teníamos ya cinco ideas aunque, de momento, cada una de su padre y de su madre. Puedes ver ese otro artículo clicando aquí.

5 ideas empezar escribir fundamento

La semana pasada dejamos a las ideas tratando de entenderse.

Y teníamos un tema que las relacionaba. Uno que lancé como quien lanza una piedrita con un tirachinas:

Tener o no tener hijos.

Y esas ideas tratando de establecer una conversación que fuera a alguna parte eran las siguientes:

Querer tenerlos o no.

Ser padre o madre sin tenerlos.

Tener hijos frente al hecho de ejercer como padres.

Tenerlos sin haber decidido engendrarlos de manera consciente.

Tomar el hecho de tenerlos (o no) como criterio de medida del nivel de egoísmo.

Mi propósito era contarte qué pienso al respecto. Pero, sobre todo, ofrecértelo como ejemplo de aquel artículo y de este que lees ahora, y que llevan por título: 5 ideas para empezar a escribir con fundamento (I y II). Acordé que su finalidad era dirigirme a ti y que, puesto que hay confianza, tono, lenguaje y estilo serían informales.

Vamos a ver si logro llegar a una conclusión argumentada que ya te anticipo: tener hijos no libra a nadie de ser (o no) egoísta. Cualquier otra circunstancia podría valer igual. Además, entre tú y yo: cuántas personas hay que ni por esas.

La hora de empezar a escribir 

Ha llegado el momento de buscar qué se esconde entre esas cinco ideas que, en principio, ordené de acuerdo con un criterio lógico. Ahora toca:

  • Organizar el texto por párrafos.
  • Dilucidar si el orden de las premisas es el adecuado.
  • Decidir qué longitud tendrá cada uno de ellos.
  • Ajustar el tono teniendo presente que me dirijo a ti.
  • Resolver cómo conectarlos, cómo hacer que fluya el contenido.

Primer párrafo

Querer tenerlos o no.

5 ideas empezar escribir fundamento

Tenerlos o no tenerlos y de dónde partimos: he ahí la madre del cordero de este asunto.

Empiezo a conversar con la idea:

No siempre se tienen hijos porque se quiere tenerlos. A veces no se quieren y vienen como producto de las circunstancias —destino pillín, ¡menudos negocios haces en cuanto giramos la cabeza!— e incluso de imposiciones más o menos obvias: es lo que toca o es que hay que tener.

Otras veces, el impulso es tan fuerte que, vuelta del revés la premisa, podría decir: son ellos, los hijos, quienes parecen querer a los padres. Sé de quien se casó por tener un hijo y se descasó en cuanto lo tuvo. Podía haberlo tenido sin tanto trámite, pero no. Aunque ese es otro asunto en el que no voy a entrar.

Segundo párrafo

Tenerlos sin haber decidido engendrarlos de manera consciente.

Recordarás que esas ideas matrices debían tener un orden: el más lógico, a mi criterio. «5 ideas para empezar a escribir algo y que tenga fundamento (II)» es un título; no implica un orden determinado. Las ideas se lanzan según dicen de aparecer y después hay que volver sobre ellas para revisar su conveniencia; verificar si ese orden en que aparecen es el que mejor se ajusta a la narración o no.

No tienen por qué ser fruto de una decisión meditada, consensuada y responsable. Reconocerás conmigo que hay casos en que los hijos vienen por razones frívolas: refrendar un estatus; por que saque los ojitos de mamá o el porte de papá; por que siga con el negocio familiar.  

Tengo una anécdota: unos  familiares que se acercaron a conocer al nuevo miembro y, al verlo, dijeron delante de la recién parida: «Oh, qué pena; tiene los ojitos marrones, con lo bonitos que son los de su padre, tan azules».

Tercer párrafo

Vamos ya con la tercera de estas 5 ideas para empezar a escribir algo y que tenga fundamento (II):

Tener hijos frente al hecho de ejercer como padres.

Siempre ha sido más fácil hacerlos que tenerlos. Y más fácil tenerlos que ejercer como padres. Los lazos de sangre van por un lado; los afectos, la complicidad y el vínculo, por otro. Ser padre o ser madre pone en juego los modos de ser, más allá de que se ejecuten ciertas acciones externas comme il faut, conforme a lo políticamente correcto.

Ay, los modos de ser. Porque si con alguna capacidad vienen los hijos, es con la de llevar a los padres a sus propios límites. Ay del padre o madre que no sabe ni por dónde le da el aire. O de esos otros empeñados en ser amigos de sus hijos antes que ejercer el papel que les corresponde.

Cuarto párrafo

Voy ahora a conversar con la cuarta de las 5 ideas para empezar a escribir algo y que tenga fundamento (II). Es esta que sigue:

Tomar el hecho de tenerlos (o no) como criterio de medida del nivel de egoísmo.

Hay quien afirma que un hijo lo hizo cambiar, que sin serlo antes se volvió generoso, desprendido. ¿Qué decir, en tal caso, de quien sin tenerlo ya lo es; de quien es generoso, desprendido y solidario sin que un hijo tenga que venir a salvarlo de su egocentrismo; qué decir de quien necesitó un hijo para volverse un punto más humano? Ese no ser generoso del que parte el progenitor transformado por la gracia del ser padre o madre no habla muy bien de sí mismo ni parece augurar un buen  futuro, ni para la pareja ni para el heredero.

Quinto párrafo

Y desde esas iniciales 5 ideas para empezar a escribir con fundamento, llegamos al quinto párrafo, el que cierra el propósito de mi tesis:

Ser padre o madre sin tenerlos.

Se puede ser padre o madre sin haber concebido hijo alguno. Es posible dar la vida al hijo no engendrado, al pospuesto, al que ni siquiera se pretendió. ¿Cómo? Entregándose de otros modos. En mi manera de ver, quiere decir: poniendo cuidado y atención en aquellos contextos que nos interpelan, en los que nos involucramos; ofreciendo apoyo en cada circunstancia que nos conmueve. Considero que es posible entregarse sin objeto, incluso sin que haya un receptor directamente beneficiado. Esto es: sin aplausos.

Es la manera de ser sin tener.  

Hora de hacer buenas las 5 ideas para escribir con fundamento (I y II)

Una vez construidos los párrafos, toca eliminar sobrantes y organizarlos en una unidad que conecte cada idea con el resto.

5 ideas empezar escribir fundamento

Tengo que lograr que las ideas se entiendan o todo esto no habrá servido de nada.

Supone hacer ajustes y comprobar si de todo ello se llega a la conclusión que pretendo:

Tener o no tener hijos y lo que nos jugamos al respecto

[Planteamiento] No siempre se tienen hijos porque se quiere tenerlos. A veces no se quieren y vienen como producto de las circunstancias. Otras vienen de imposiciones que no se cuestionan: es lo que toca o es que hay que tener. Efectivamente [conector que introduce el párrafo siguiente variando el orden previsto], no tienen por qué ser fruto de una decisión meditada, consensuada y responsable. Hay casos en que los hijos vienen por razones frívolas: refrendar un estatus, que saque los ojitos de mamá o el porte de papá, que siga con el negocio familiar. 

Y, sin embargo [conector], otras más, el impulso de tenerlos es tan fuerte que, si vuelvo la premisa del revés, podría decir: son ellos, los hijos, quienes parecen querer a los padres, como si hubieran sido los artífices de ese deseo poderoso.

[Tercer párrafo, vinculándolo por su relación semántica con los párrafos que anteceden] Siempre ha sido más fácil hacerlos que tenerlos. Y más fácil tenerlos que ejercer como padres. Los lazos de sangre van por un lado; los afectos, la complicidad y el vínculo, por otro. Ser padre o ser madre pone en juego los modos de ser, más allá de que se ejecuten ciertas acciones externas. Abrazarlos y tenderles una mano se hace mientras no hay nadie haciendo fotos; se hace desde una distancia muy estrecha que, a pesar de serlo [conector], no implica posesión.

¡Pero, ay, los modos de ser! [Frase conectiva adversativa que propone el nudo del asunto] Porque si con alguna capacidad vienen los hijos, es con la de llevar a los padres a sus propios límites. Ay del padre o madre que no sabe ni por dónde le da el aire. O de aquellos empeñados en ser amigos de sus hijos antes que en ejercer el papel que les corresponde.

Por otro lado [conector], está quien afirma que un hijo lo hizo cambiar, que se volvió generoso en cuanto lo tuvo. ¿Qué decir, en tal caso, de quien sin tenerlo ya lo es; de quien es generoso, desprendido y solidario sin que un hijo tenga que venir a operar en él transformación alguna? ¿Qué decir de quien necesitó un hijo para volverse un punto más humano? Ese no ser generoso del que parte el progenitor, transformado por la gracia de serlo, no habla muy bien de sí mismo; por consiguiente [conector], tampoco parece augurar un buen futuro, ni para la pareja ni para el heredero. Todos sabemos que la euforia tiende a desaparecer cuando pintan bastos.

[Conclusión] Se puede ser padre o madre sin haber concebido hijo alguno. Es posible dar la vida al hijo no engendrado, al pospuesto, al que ni siquiera se pretendió. ¿Cómo? Entregándose de otros modos. Es decir: poniendo cuidado y atención en aquellos contextos que nos interpelan; ofreciendo apoyo en circunstancias que nos conmueven. Creo que es posible entregarse sin objeto incluso, sin que haya un receptor directamente beneficiado; esto es: sin aplausos.

[Frase de cierre] Y esta es, tal y como yo la concibo, la manera de ser sin tener. 

Revisión completa

Observa que entre el penúltimo y último párrafos es donde cobra sentido mi tesis. Una vez que considero alcanzado el objetivo, vuelvo sobre mis pasos para…

  • 5 ideas empezar escribir fundamento

    Me ha convenido sustituir el orden de algunos párrafos para que el artículo funcione.

    Verificar si las ideas tienen un orden lógico.

  • Si el tono es el adecuado al destinatario (en este caso, adecuado a ti; aunque he decidido omitir las anécdotas para darle un sesgo más objetivo).
  • Comprobar que los párrafos se deslizan de manera cohesionada. Los conectores 1 cumplen esta función.
  • Asegurar que las frases están ordenadas.
  • Repasar posibles repeticiones 2 o imprecisiones (¿cada palabra dice lo que tiene que decir? Asegúrate con el diccionario o consulta a los oráculos).
  • Ver si el corrector del sistema subraya determinadas palabras y confirmar su idoneidad. Al corrector de Word no se le puede pedir mucho más, pero si has escrito «ijos», fijo que lo señala. A lo mejor es que le va faltando una «h».
Escribir y que tenga fundamento lo que se dice exige objetivar las ideas, establecer un puente entre emoción y razón. Clic para tuitear

Y ya, si lo puedes pasar por un corrector humano profesional… será la caña.

 

Propina

A fin de que las 5 ideas para empezar a escribir algo con fundamento (I y II) sean operativas, aquí tienes un recordatorio a modo de resumen sumarísimo:

  1. Recopila ideas. Si no sabes bastante de un tema, lee, busca, indaga hasta formarte una opinión. Adopta una postura que es la que defenderás; o, sencillamente, cuenta con material como para hacer la composición que quieres.
  2. Ordena esas ideas de manera lógica.
  3. Busca el tono, el lenguaje y el estilo adecuados a tu interlocutor.
  4. Organiza los párrafos y asegúrate de que las ideas se deslizan como por una pendiente suave.
  5. Revisa, repasa, cerciórate, y, si puedes, dáselo a leer a alguien que sepa más que solo leer.
5 ideas empezar escribir fundamento

Fíjate qué equilibrio de ideas y qué contenta va danzando la principal.

Y tú, ¿qué piensas? He tratado de transferir una idea o una emoción difusa a una serie de razones que pretenden objetivarla. Y todo ello, para observarla por lo menudo, reflexionarla y acercarme a ti. No sé si lo he conseguido: solo tú me lo puedes decir. ¡Te espero en los comentarios!

 


1 En esta entrada hablamos de conectores discursivos.

2 Puede ser útil pasar el algodón por el texto volcándolo aquí. Te dirá cuántas veces has repetido una palabra; deducir si es clave y si es o no pertinente que se prodigue tanto.

 

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2 Comments

  • Hola,

    Ya son tres las veces que he leído ambas entradas, esta y su primera parte. Ahora mismo estoy utilizando este modo para escribir la entrada siguiente del blog. Enhorabuena y gracias por este método tan sencillo y potente. Sencillo entre comillas porque organizar ideas no es poca cosa. Pero potente sí que lo es.

    Hay algo de «esto ya lo sé, si yo lo hago así» cuando leo este modo que propones, pero hacerlo explícito ayuda y clarifica mucho. Sí, saco ideas y las enlazo, pero a veces mientras voy escribiendo noto cómo me pierdo y me digo «pero si yo no quería ir por aquí». O me propongo no escribir más de 700 palabras, por ejemplo, y veo que llevo 1200 y pienso que no he dicho todo lo que quería decir.

    En fin, que muchas gracias y que ahora toca aplicarlo. Y por cierto, no conocía el analizador de legibilidad de textos que has puesto en el enlace. Es, ahora mismo, mi juguete favorito de la mañana.

    Esperando atento ese artículo sobre los conectores discursivos.

    • Marian Ruiz dice:

      Pues qué quieres que te diga, Óscar: me das un alegrón.

      Trato de aplicar toda la didáctica que puedo y de poner ejemplos que ayuden a bajar a la práctica, a moverse dentro del terreno de la escritura. No es fácil conectar ideas sin perderse porque implica poner orden en la cabeza y la cabeza va a su bola: está llena de vigas que dificultan la perspectiva.
      Me dices que te sirve y se cierra el bucle: todo cobra sentido con ese valor que tú le das. Mil gracias por hacérmelo saber.

      Conectores discursivos y otro tipo de recursos, en sucesivas entradas. ¡Ojalá cierren también algún bucle!

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