Alguna vez puede que tengas que escribir un prólogo y no sepas por dónde empezar; tampoco cuánto o qué procede decir ni en qué orden.
Te contaré cómo hago yo y lo que encuentro más recomendable.
Prólogo: pro y logos. Literalmente significa antes del discurso. La RAE dice que es un escrito que antecede al cuerpo de una obra. Su función es anticipar algo acerca de lo que prosigue y hacerlo apetecible al lector: finalidad, anécdotas, motivaciones…
Un prólogo da pistas al lector sobre el contenido de la obra que tiene en sus manos. Justifica su razón de ser y trata de suscitar interés. Clic para tuitearSe puede decir que responde a de qué va esto o con qué me voy a encontrar. Y, sin desvelar lo que no conviene, ofrecer razones para su lectura.
Es también el espacio donde mencionar la trayectoria literaria del autor.
Escribir un prólogo ¿personal o profesional?
Depende de la obra, del autor y del vínculo que tengas con él. ¿Debe incluir advertencias, matices, conviene hacer hincapié en ciertos aspectos?
A la hora de escribir un prólogo eres telonero del contenido que prosigue. En el caso de una novela, es un aperitivo para generar interés en los lectores; de igual modo si se trata de una antología de relatos.

Así empieza todo.
Por descontado: cuida la ortografía, la sintaxis, la legibilidad. Todo ello, antes y por delante de cualquier otra recomendación. La gramática es más que una cuestión normativa: te enseña a hablar mejor. Y hablar mejor hace posible comunicarse mejor. (Dicen también que permite pensar mejor, pero va a depender del grado de ética con que la persona se conduzca).
Cómo escribir un prólogo para una novela
Si es novela, ¿cuál es el tema?, ¿y el argumento?, ¿qué tiene de interés?
El prólogo es el lugar donde respondes a esto. Puedes ofrecer detalles que se omiten en el transcurso. Es un modo de evitar, por ejemplo, las escenas retrospectivas (flashbacks) o las prospectivas (flashforwards).
Y es el lugar donde dar razones para que el lector no vea el momento de seguir leyendo, una vez que deja atrás ese aperitivo.
Perspectiva
Al hablar de perspectiva me refiero a voces y miradas o puntos de vista: ¿quién escribe y desde dónde? Puede ser el propio autor desembarazado de sus personajes y distanciado de la narración; un autor transmutado en cómplice para contar por qué se cuenta lo que se cuenta.
Es eficaz cuando hay más de una voz narradora o cuando la voz que narra va pegándose alternativamente a distintos personajes. En este caso, el prólogo es lugar en el que el autor se da el lujo de hablar con voz propia.
Su contraparte sería el epílogo.
Unidad
El prólogo tiene que sumar significado y dar hilo a la narración. Imagina que te centras en cierta trama, en un personaje determinado o en un punto de vista. O que te enfocas en una escena determinada para imprimirle ritmo: qué hay, a qué huele, qué se oye, qué hace el personaje o qué está a punto de hacer. Cuenta una escena vibrante con él metido ahí. ¿Qué mejor arranque para una obra de acción o de suspense?
El lector entrará frenético en la lectura.
Claro, no desveles nada más.
Brevedad
Un prólogo extenso es un prólogo aburrido. Su función es provocar apetito y, salvo en antologías que reúnen a varios autores de renombre o sesudos trabajos de investigación, ha de ser breve: no tanto como un disparo; más bien, como la parábola de un arco.

Lo bueno, si breve…
Evita que haya muchos saltos o información que no pueda asimilarse con facilidad.
Un buen prólogo es un prólogo dinámico.
Cómo escribir un prólogo para una antología de relatos
Si utilizas la primera persona para escribir un prólogo, lograrás una mayor cercanía con el público. Implica también un mayor grado de compromiso.
En el caso de la antología, es buena idea ubicarla dentro de una temática o corriente literaria.
Antología de relatos de un solo autor
Observa qué tienen de común los relatos, si hay un hilo que les dé sentido y les sirva de conexión. Puedes apelar al estilo y trayectoria del autor y al leitmotiv de la colección. ¿Qué lo ha llevado a publicarlos?
Si te une con él algún tipo de vínculo, menciónalo: añadirás un punto de complicidad.
Antología de relatos de varios autores
Cuando te invitan a escribir un prólogo para una colección de relatos, puede servirte recurrir a la solidaridad con el proyecto y a las razones que han llevado a ser tú quien lo prologue.

Imagina esto: cada reloj tiene una hora distinta, pero tienes que descubrir qué hay de común a todos ellos. Cuando prologas una antología, igual.
Te propongo algunas pautas a modo de guion:
- ¿Conoces a los autores?
- ¿Qué los vincula entre sí? ¿Cuál es su motivación colectiva?
- ¿Qué puedes decir de cada uno de ellos?
- ¿Descubrirá algo el lector, alguna enseñanza, originalidad en el tratamiento, tal vez?
- ¿Puedes ofrecer algunas claves para que el lector comprenda mejor cuál es el tema y cómo se conecta cada relato?
- ¿Y podrías añadir alguna cita que esté en consonancia e ilustre el conjunto?
Para terminar, sé agradecido por la oportunidad que se te ha ofrecido. Nunca está de más.
Un prólogo tiene que ajustarse a las características de la obra a la que sirve de telonero. Clic para tuitear¡Ah! En este caso, es frecuente utilizar la primera y la tercera persona.
Cómo escribir un prólogo para tu propia tesis
Como estudiante, antes o después te tocará redactar una tesis u otro tipo de trabajo académico. Tendrás que investigar el tema que escojas y redactarlo sobre la base de otras investigaciones anteriores. Aportarás un nuevo punto de vista o abordarás nuevos aspectos de interés: esa será tu contribución.

Ahí estás tú, en plan Erasmus total. La tesis te ha quedado niquelada.
Ordena la información de forma progresiva —no es una novela— o cronológica, exprésala en un lenguaje sencillo y en párrafos cortos. Utiliza la primera persona dentro de un lenguaje formal. Sé exquisito con la ortografía.
El prólogo, en este caso, sirve solo para dar cuenta del tema de la investigación. Cuenta tu experiencia. Aporta razones por las que escogiste el tema, los procedimientos que seguiste para alcanzar tus conclusiones.
Pero no las desveles aquí.
Y recuerda agradecerles su apoyo a quienes te ayudaron en el proceso. (Vamos, como que ser agradecido nunca está de más).
Cómo escribir un prólogo para un libro de divulgación
Si eres tú el autor, tienes dos opciones: prologarlo tú mismo o que lo haga alguien ajeno. En ambos casos, hay que ofrecer una síntesis informativa y justificar el contenido.
Alguien externo tendrá la prerrogativa de comentar la obra y de glosar, si es así, tu trayectoria y éxitos. La separación con el «autor» le permite destacar los logros de este y el valor de la obra que tiene entre manos. También ofrece un grado mayor de credibilidad al lector al hacer de Cicerone para él.
Si lo escribes tú mismo, la ventaja es tu voz: será como hablar en susurros y acortar distancias entre el lector y tú.
Propina 1
¿Y cómo pasar a la parte práctica de escribir un prólogo o, mejor dicho, de cómo iniciarlo?
Digamos que soy un autor que escribe un prólogo para su propia obra: un recopilatorio de relatos dispares cuya única conexión es haber sido escritos a lo largo de un mismo año. Y quiero que el tono sea ligero y tenga una pincelada de humor.
Ejemplo:
Cuando decidí llevar a cabo este proyecto, me asaltó una duda importante: ¿es posible, de verdad lo es, escribir relatos a troche y moche, o lo que es igual, a razón de uno por semana? ¿Lo será no repetirse y mantener la chispa en cada uno de ellos? Solo podía responder que sí puesto que fui yo mismo quien lanzó el desafío a través de las redes sociales.
Aunque, seguido, me entró el canguelo.
Cincuenta y dos relatos eran muchos relatos, todos pugnando por su propia cuota de gloria. Pero la suerte estaba echada y ya había autores sumados al reto. ¡Impensable echarme atrás!
Y, entonces, se me ocurrió cambiar el enfoque. No iba a tener que idear cincuenta y dos relatos. Los relatos serían autónomos, iban a ir, venir, frecuentar los lugares más dispares. Porque te confesaré algo propio de los relatos: tienden a hacerse los interesantes y a provocar que las chicas vuelvan la cabeza cuando pasan.
De manera que solo tenía que hacerme pasar por chica.
Etcétera.
Lo mejor de todo: pulido, repulido, editado y publicado. Y con un prólogo chapeau.
Propina 2
Del prólogo de un libro de crecimiento personal, te muestro el inicio y un fragmento intermedio.
En este caso, voy a optar por la tercera persona. Pongamos que mi relación con la autora es de gran respeto y consideración y de una cercanía relativa:
Inicio:
El caballo de batalla del ser humano sigue siendo aprender a hacer algo eficaz con sus emociones. Pero las emociones, como la buena literatura, exigen experiencia de vida y, sobre todo, un deseo ardiente de soltar la cuerda que ciñe el cuello.
No hay otro modo de que penetren los mensajes que esta autora vuelca aquí.
Fragmento intermedio:
Su propósito al elaborar este libro ha sido establecer una conexión con el anterior: esta obra recorre un siguiente tramo de escaleras en el camino de la autorrealización. La linterna enfoca para seguir alumbrando nuevos recovecos del interior de la persona; esa persona detenida en el descansillo de la vida, a la espera de una alfombra voladora que le evite el esfuerzo de subir, adormecida, olvidada de que la magia subyace en su propio impulso y de que aguarda alojada en la fortaleza de sus piernas.
Los únicos demonios con los que ha lidiar son ciertas creencias que la mantienen ahí.
¿Has escrito alguna vez un prólogo? ¿Estás a punto de escribir uno? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
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Coincido contigo en que el prólogo de una colección de relatos debe dejar claro cuál es el hilo conductor. Así he intentado hacerlo en cada uno de mis tres libros, con más o menos fortuna.
Por cierto, estoy por copiarte directamente la propina 1 para el prólogo del libro de relatos que presumiblemente publicaré después del #RetoRayBradbury. Me parece genial. O si no, te pediré que me lo escribas tú 🙂
Ja, ja, ja. Se me coló de rondón… recordando tu #RetoRayBradbury. Debe ser la magia del relato que acecha, David. Si quieres la propina 1, es tuya. Y si me quieres a mí de telonera, será un nuevo honor que me concedes. ¡Un abrazote! (Ganas de tener tu libro en papel; me gusta mucho el aire que les das).
muy bonita manera de enseñar, te felicito Marian, sacas de dudas a principiantes y animas a todos aquellos a los que nos enfrentamos por primera vez a esta linda tarea de prologar. Gracias Sil s
Pues qué bien que te anime y te ayude, Sahuayac Nelí. ¡Objetivo cubierto! Gracias por apreciarlo y por dejarme tu comentario.
Un abrazo.
Infinitas gracias, esto que acabo de leer, me da la pauta para escribir el prólogo al libro de un amigo muy querido.
Vaya… Qué bueno, ¿no? Se ve que, sin saberlo, también lo escribí para ti. Van a tener razón quienes dicen que todos estamos conectados. ¡Adelante con ese prólogo!
Un abrazo literario, Gabriela.
Excelentes consejos.
Me vienen de perlas frente a una invitación a prologar un libro del 50 aniversario de la empresa de in cliente.
¡Me alegra saberlo! Estar tras la pista de algo y encontrarse con el caminito es buena fortuna.
Suerte con ese prólogo, que la tendrás.
Saludos muy cordiales.
Estoy a punto de escribir el prólogo de una gran novela, honor que me.haxe su autora por ser una lectora fiel desde sus inicios. Gracias por toda la ayuda!!!!
Me encantaría seguir leyendo tus enseñanzas
Ojalá te ayude el artículo. ¡Suerte con ese prólogo!
Seguir aprendiendo depende de ti; yo hago lo que está en mi mano.
Un abrazo.
gracia por el material
Ojalá te sirva, Pablo.
¡Un saludo!